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Mensajes > Official Service |
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Title |
Testimonio de Dr. Jaerock Lee(2) - El deber filial es morir |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
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Date |
2008-04-21 |
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Primera Parte: En el umbral de la muerte 1. El deber filial es morir 2. Mi infancia 3. Luchas 4. Transcurso del tiempo
1. El deber filial es morir
A principios del verano, en 1972
De repente la estación ha cambiado y una ola verde ha cubierto toda la tierra. Todo mundo podía sentir el verano refrescante por la fragancia de la acacia. Sin embargo mi cuerpo, aunque no sólo mi cuerpo, sino también mi alma, estaban congelados como en el invierno. La ley de la naturaleza es que la primavera adorne la tierra con los nuevos brotes y en los arroyos fluya el hielo del agua derretida. Sin embargo mi invierno no tenía ninguna promesa ni certidumbre, ni esperanza para una nueva primavera. Ese día también yo estaba acostado en la colchoneta como lo hacía las veinticuatro horas del día. La casa era de un sólo cuarto, por la ventana estaba mirando las nubes esponjosas que se mecían. Las nubes me hicieron sentir calor, como si estuviera en el pecho de mi madre! Pensé en ese momento: "Si yo fuera una nube, podría viajar por el mundo entero sin envidiar a nadie, dejando todas las preocupaciones de este mundo". Yo tenía treinta años; edad de juventud, ambición y edad de oro. Me miré a mi mismo. Tenía que verme destruyéndome por la enfermedad poco a poco. Mis lágrimas ya se habían secado; mi deseo desesperado mi anhelo ardiente de ser sanado se habían enfriado. Sólo me dominaba un único deseo, vivir y alargar mi vida. El cielo azul visto a través de la ventana era extremadamente hermoso. La cara del sol expuesta por medio de las nubes deslumbró mis ojos. Quería sentir el calor del sol en toda mi cara y mi cuerpo. Cuando levanté la parte superior de mi cuerpo y me apoyé en la pared, me sentí mareado y sentí inmediatamente el dolor en las coyunturas y el dolor de cabeza. No pudiendo vencer la fuerte tentación de escapar, abrí la puerta y salí fuera, dependiendo del bastón que utilizaba para ir al baño. Casi grité por el aire fresco de fuera y la luz brillante del sol. Cuando bajé al patio de enfrente, mis pies temblaban. Pero el amplio río Han frente a mis ojos me ayudó a sentirme fresco. Vivía en la colina Kumho-Dong. A pesar de que era un pueblo donde vivía gente pobre en casuchas sin permiso, pegadas unas con otras y que tenía un caluroso sentido humano, ellas me miraban con el corazón lleno de simpatía. "Pobres aldeanos que sufrían para subir a la colina abrupta, enjuagando los sudores en sus frentes! Pero ellos trabajaban con ahínco..." Pensé. En aquel entonces sentí lástima de mí mismo, mirando a la gente llena de vida. Casi me arrastré en el cuarto utilizando el bastón, puesto que mi corazón empezó a latir rápidamente y mi cuerpo estaba cansado.
Lamentación de mi madre
Olía mal el cuarto, quizás porque la colchoneta estaba siempre tendida en el suelo junto al fogón donde ponía a hervir la medicina. Yo dormía muy tranquilamente en mi colchoneta cuando alguien llamó a la puerta. Sorprendido me pregunté quién podría ser..., puesto que mi esposa había ido a la tienda para trabajar y mi hija había salido con su amiga a jugar hacía poco tiempo. "Soy yo. ¿Estás dentro?" ¿Cómo puede visitarme mi madre? Era un viaje difícil para una mujer de setenta años, y además, tenía que subir una colina. Cuando entró en el cuarto, miró el estado de miseria del cuarto y mi cara que era puro hueso. "Por favor, siéntese aquí, madre". Sus ojos estaban llenos de lágrimas y empezó a llorar, golpeando el piso con el puño. "Te sería mejor morir. Sería mejor morir en vez de sufrir tú, tu esposa y tus hijas. Y en vez de desgarrar mi corazón, morir es realmente un deber filial para ti". Su llanto no cesó durante mucho tiempo. Era cierto que lo que ella decía, ¡era verdad! Ella tenía que estar verdaderamente preocupada, sino, no me hubiera pedido morir, pero yo quedé sorprendido, y sólo podía mirar a mi madre. ¿Cómo ella puede pedirme morir? Mi situación era malísima, no tenía a nadie que me pudiera cuidar mientras que mi esposa, estaba fuera desde la mañana muy temprano hasta medianoche. Era una colina difícil de subir para un joven, y mi madre a su edad había subido para decirme que me era mejor morir. Me sentí muy herido y no cesé de llorar durante largo tiempo. Ella había dedicado su vida a su esposo y a sus hijos. No dudó en hacer cualquier trabajo difícil en el pueblo y realmente disfrutó en su trabajo. Ella había sido la que se preocupó más por mí y la que había conseguido varias medicinas para mis enfermedades. Ahora ella no soportaba más que yo luchara contra mi dolor. Era grandísima mi tristeza.
Conflictos
Lo que me hizo más miserable fue que su cara tenía arrugas profundas, sus hombros estaban bajos como si un metal pesado los hubiera apretado y su cuerpo estaba encogido. Mi tristeza y amargura eran más grandes de las que sentía mi madre. "Bueno", pensé. "Lo mejor será morir. Morir será la decisión más provechosa para toda mi familia. Si me muero, por lo menos cesarán los sufrimientos para los miembros de mi familia. Ellos sentirían tristeza durante un tiempo, pero con el transcurso de los años olvidarán mi existencia y empezarán una nueva vida. Bueno, yo debo partir de este mundo". Y así decidí, mirando a mi madre llorar. No podía verla más en ese estado En cuanto vi fuera la luz del sol que deslumbraba mis ojos, una esperanza de vida brotó en mi corazón. Mi pensamiento cambió instantáneamente. "Soy demasiado joven aún para morir. No puedo dejar a mi familia, dando sólo el dolor. Tengo que vivir. Tengo que pagarles mi deuda. Tengo que hacerles reconocer que estoy vivo". No sabía de dónde salía esa fuerza. El deseo fervoroso de que tenía que vivir, brotó desde la profundidad de mi corazón. Mi cuerpo estaba hecho una miseria por la enfermedad. Pero tenía que vencerla. ¡Yo la venceré!
Muerte estúpida
Miré hacia atrás sobre mi vida cuando la vida y la muerte eran opuestas. Yo había tenido la experiencia de querer suicidarme cuando no estaba tan desesperado como ahora. En este momento, hay gente que escoge la muerte con facilidad aunque ellos no saben que significa la vida y la muerte, y para que sirven. Cuando uno lleva su vida honestamente con un propósito y fracasa en conseguir esos propósitos, escoge la muerte como una solución última, puesto que no conoce la dignidad de la vida. Nosotros, con frecuencia, vemos casos de suicidio a través de los medios de comunicación, por ejemplo: un hombre de negocio que fracasa y pierde toda su riqueza; estudiantes que sienten vergüenza ante sus padres por los malos resultados de los exámenes; o uno que fracasa en conseguir una meta. También hay algunos que escogen la muerte en nombre del amor. Ellos proclaman que el amor cruza por encima de las fronteras y la vida misma; ofreciendo la vida después de ser abandonados por sus seres amados o escogiendo la muerte para seguir a sus seres amados. Esto es una expresión de estupidez e ignorancia del verdadero valor de la vida, puesto que consideran el amor entre ambos sexos como la única cosa de valor en la vida.
Vida valiosa
Ustedes pueden encontrar gran número de personas que mueren en los grandes hospitales. Aunque ellos quieren vivir desesperadamente, mueren. ¿Han visto a los que luchan por escaparse de la muerte, haciendo todos los esfuerzos para crurarse de sus enfermedades incurables? Mientras que hay gente que escoge la muerte, considerando que su vida es dolorosa, también hay gente que revive ante la muerte, por tener un fuerte anhelo de vivir. Pero hay más gente que muere sin poder hacer nada. Tenemos que saber exactamente cuál es el valor de la vida y su propósito. En cualquier circunstancia, necesitamos amar y apreciar nuestra vida. Gran número de personas desprecian su vida por no conocer su verdadero valor. Cuando yo estaba sano, intenté dos veces cometer suicidio y fracasé. Por el contrario, ahora quería vivir. Y aunque mi madre me forzaba a morir, un fuerte deseo y un apego a la vida, empezaron a encenderse en mi corazón. Cuando miré el cielo para esconder mis lágrimas, las nubes fueron creciendo como si quisieran consolarme. Mi mente corría rápidamente hacia el pasado, hacia mi pueblo natal, donde pasé una infancia placentera. ¡Oh, esos días hermosos...! ¡Esos días saludables a los que quería volver...! ¡Esos días en que era amado..!
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