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Mensajes > Official Service |
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Title |
Testimonio de Dr. Jaerock Lee(3) - Mi infancia |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
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Date |
2008-04-22 |
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Primera Parte: En el umbral de la muerte 1. El deber filial es morir 2. Mi infancia 3. Luchas 4. Transcurso del tiempo
2. Mi infancia
Mi pueblo natal
Mi pueblo natal es Chang-Sung en la provincia Jun-Nam, un lugar famoso por sus hermosos paisajes y su agua pura. El paisaje, con las montañas formando una escena de abanico a lo largo de la Sierra Noryong, producía una vista magnífica. Chang-Sung es un lugar típico por el ambiente de cultura que reinó en la Corea antigua durante varios siglos. No sé si ésta es la razón por la cual todavía allí gran cantidad de gente, a pesar de su edad, visten traje típico de Corea más que en otras provincias. También Chang-Sung es un lugar donde se conservan muy bien las tradiciones más que seguir tras las influencias de las nuevas generaciones, además se insiste demasiado en la educación. Mi padre era una persona de tipo estudioso con un aire señorial, que estudiaba los Clásicos Chinos y apreciaba la poesía. Tenía varios negocios de comercio y viajaba con frecuencia a Japón en la época del imperialismo de esa nación. Tras la liberación de Corea, él buscó un lugar en donde vivir en paz. Yo nací en Muan, Jun-Nam y cuando yo tenía tres años, nos mudamos a un lugar en Chang-Sung que mi padre había encontrado. Mi familia se estableció en el pueblo de Cheon, en Bunjang-Rí. En este pueblo vivían únicamente las familias cuyo apellido era Cheon. Mi padre, un hombre estimado, les pudo persuadir de que lo dejaran vivir ahí con su familia. Él había comprado una tierra para cultivar y edificó una casa para establecerse.
Mi padre
Lo que puedo recordar de mi padre, es que él rompió todo contacto con el mundo y pasaba su tiempo principalmente leyendo libros en casa. Sin embargo, él tenía muchas visitas y lo recuerdo recitando poemas o discutiendo sobre el estudio de los Clásicos Chinos, mientras bebían. A veces, él viajaba durante largo tiempo. Puesto que mi padre no tenía interés en sostener a la familia, mi madre tuvo que sufrir mucho. Ellos tuvieron tres hijos y tres hijas, yo era el último. Yo era el hijo predilecto de mi padre, y mi padre me contaba muchas historias de los grandes héroes y episodios históricos. Me animaba a que yo fuera un gran hombre (famoso) escuchando su historia. Fue así como él sembró la ambición en mi corazón. Mi padre me enseñó el Texto de Mil Caracteres Chinos cuando yo tenía que llevar una vida honrada y recta. Cuando entré en la escuela primaria, iba a los lugares en que se celebraban las campañas para los candidatos de la provincia, el parlamento y la presidencia. Como resultado, nació en mí, la ambición de llegar a ser un gran miembro del parlamento. Yo disfrutaba haciendo cosas y hacía bien los juguetes. La gente envidiaba mi talento. Un día estaba sentado junto a mi buen padre, grabando un ramo del naranjo. Un visitante vino a mi cuarto y me miró con atención y dijo: ""Tú eres muy hábil"". Tomando una honda que hice, dijo: ""Quiero comprar esto. Aquí tienes dinero"". Sentí vergüenza, pero mi padre me sonrío e inclinó su cabeza como si dijera que yo podía aceptar el dinero. Desde aquel entonces, los juguetes que hice se vendieron, aunque esa no era mi intención. Cuando entré en la escuela primaria no tenía interés en las clases, puesto que yo había aprendido ya las tablas de multiplicación y el alfabeto coreano por medio de mis hermanas y hermanos mayores. Jugar era más interesante. Jugaba con mis amigos juegos rudos como juegos de soldado, lucha libre y patadas. Quedaba satisfecho sólo cuando yo ganaba. Era más fuerte que otros chicos de mi edad y estaba decidido siempre a ganar. Si perdía, tenía que luchar hasta ganar. Era terco y orgulloso. Pese a que tenía buena salud, tomaba varios reconstituyentes. Por eso mi apodo era «Gorila». El afecto de mis padres hacia su último hijo fue especial.
Mi madre
Todavía recuerdo un hecho que sucedió cuando tenía cinco años y por el cual mi madre me amó más. Estaba solo dentro de la casa, todo el mundo había salido al campo porque era la temporada de cosecha. De repente el cielo se oscureció y parecía que pronto iba a llover\; en el patio había chicles secándose, pensé que esos chicles no se deberían mojar y empecé a recogerlos con mis manos pequeñas. Mi madre entró en casa corriendo al ver que estaba empezando a llover y se alegró mucho al verme recoger los chicles. ""Tú haz crecido ya. Haz crecido y puedes recoger esos chicles. ¡Oh!, mi buen hijo, mi amor"". El recuerdo de mi madre que me daba palmaditas en mi espalda está todavía presente. Se decía que ella me quería tanto que no sentiría ningún dolor aunque me pusiera en su ojo. Cuando yo salí con mi madre agarrado de su mano, al pasar por la calle del pueblo, los ancianos que estaban jugando al ajedrez o charlando bajo la sombra de un árbol, decían: ""El chico parece muy inteligente. Será un hombre famoso cuando crezca"". ""Cuídelo bien, puesto que será un gran hombre"". Mi madre estaba muy orgullosa y acariciaba mi cara. Una noche, mi madre tomó un baño en la cocina y se puso un vestido blanco, creí que ella iba a salir y dije que quería ir con ella. Era siempre un placer salir con mi madre, puesto que ella me dejaba curiosear en el mercado, subir en el autobús y comer comida deliciosa. ""Quiero ir contigo mamá"". ""Jae-Rok, no voy a salir. Voy a orar a la Osa Mayor por tí, por tus hermanas y hermanos para que crezcan sanos y lleguen a ser buenos hombres. Ahora vete a dormir"". Pude contemplar a mi madre orando en la terraza, al lado de la jarra de soja en el patio trasero. Ella preparó una taza de agua limpia como un sacrificio a la Osa Mayor. Aunque yo era muy chico, le estaba agradeciendo por orar por mi.
A pesar de orar a la Osa Mayor
¡Cuánto cariño me tenía! Y ahora ella dice que la muerte es mi único deber, cuando he llegado a ser un paciente desgraciado. ¡Cómo ella pudo...! Uno tras otro, los recuerdos tristes fueron apareciendo. ¿Mi infancia en que yo disfrutaba en la montaña y en el campo tiene que quedar solamente como un mero recuerdo? A pesar de esas oraciones de mi madre a la Osa Mayor, todo lo que me quedaba eran pobreza y enfermedad. Yo sentía gran amargura de mi mismo. ¿Por qué no puedo estar sano como otros y no puedo liberarme de este túnel de dolor? Yo, que me jactaba de mi salud y que era elogiado por otros por mi excelente memoria, buena habilidad e inteligencia, llegué a convertirme en un inútil. ¿Quién puede prever el futuro? Incluso mis propios padres que me amaban tanto, me habían abandonado\; entonces, ¿quién podía darme ayuda? Empecé a llorar sin ejugarme las lágrimas de mi cara por mis recuerdos y sintiendo compasión de mi mismo. Después de un rato, mi madre entró con una taza de medicina en su mano. Mis sentimientos hacia su falta de cariño inmediatamente desaparecieron y yo sentí compasión por ella. Ella estaba muy desesperada puesto que mi enfermedad no desaparecía y estaba cada día peor. Y le parecía imposible que yo sobreviviera a pesar de sus devociones. Ella pensó que me sería mejor morir para bien de todo el mundo. Recibí la taza de medicina sin decir nada. ""Tengo que vivir. Tengo que comer para vivir. Tengo que vivir"". Tomé esa taza con mis dos manos y la tomé lentamente. ""¡Vuelvan, los días hermosos, vuelvan, vuelvan...!""
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