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Mensajes > Official Service |
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Title |
Los Niveles de Bondad(7) - Daniel y su tres amigos(2) |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
Da 3:17-18, 6:21-22 |
Date |
2009-03-21 |
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La Escritura de Hoy
Daniel 3:17-18 "He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. (18) Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Daniel 6:21-22 "Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. (22) Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo."
Amados Hermanos en Cristo, Estimado Público y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio en Corea y alrededor del mundo, a través del satélite, por Internet, por la televisión o que lo están escuchando por cintas de audio o por la radio en el mundo entero. Esta es la sétima prédica de la serie Bondad. Y hoy continuaré hablando de la bondad de Daniel y de sus tres amigos. En la última prédica les expliqué que Daniel y sus tres amigos habían sido llevados cautivos a un país extranjero. Y a pesar de ello, obedecieron completamente la voluntad de Dios. Aborrecieron todo lo que Dios aborrecía y jamás dejaron de confiar en Dios aun si ello significaba sacrificar sus vidas. Y a Dios le agradó esta actitud. Le agradó que obedecieran de manera tan firme Su voluntad a pesar del tiempo transcurrido y del cambio de su situación. Y por ello, les dio poder y honra. Actualmente, en el mundo hay muy poca gente que consagra su vida a lo que considera algo justo. Sin embargo, toda causa justa carente de bondad no es perfecta y no produce buenos frutos. En los pasajes de hoy, en los que Daniel y sus tres amigos no cedieron ante la presión, sino que mantuvieron su confianza en Dios hasta la muerte, podemos ver el buen corazón de ellos y la firmeza de su confianza en Dios. Hoy les hablaré de esa confesión positiva de fe y del buen corazón que tuvieron, que llegaron a conmover el corazón de Dios. Oro en el nombre del Señor para que, a través de este mensaje, puedan llegar al corazón de Dios y de cada persona que conozcan.
Estimado Público: Primero: Les compartiré de los tres amigos de Daniel a quienes Dios salvó del horno de fuego. Ellos enfrentaron una prueba en la que iban a ser arrojados al horno de fuego porque rehusaban adorar una imagen de oro. En ese momento, dice la Escritura, el rey muy enojado les pregunta "¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?" El rey está confirmando la información que ha recibido. Y los amenaza, diciendo: "Ahora, pues, estáis dispuestos a adorar la imagen que he hecho. Porque si no se postran ante ella, serán echados inmediatamente en medio de un horno de fuego ardiendo." El rey no estaba bromeando. Y añadió: ¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos?" Trató de doblegar sus principios por medio de amenazas e intimidaciones. ¿Y que respondieron ellos? En Daniel 3:16 vemos que con mucha decisión ellos contestaron al rey: "... rey Nabucodonosor: No es necesario que te respondamos sobre este asunto." Expresaron su firme determinación de no postrarse ante la imagen a pesar de la amenaza de ser arrojados al horno de fuego ardiendo. Por eso, valientemente dijeron en Daniel 3:17 "He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará." Esta es la clase de declaración que irrita a la gente carnal. No obstante, la fe y la confesión que hicieron, agradaron a Dios. Clara y firmemente testificaron del Todopoderoso Dios al rey quien les decía: "¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos?" Dios se complació cuando vio que no cedieron a la presión, confiando en Él, aun cuando sus vidas fueron amenazadas. Esto lo vemos en Daniel 3:18. Que cita "Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado." Aun cuando seamos echados al horno de fuego, no adoraremos a ninguna imagen. No serviremos a otros dioses. Más aún: Incluso si Dios no nos libra del horno de fuego; aún así, dijeron ellos, no adoraremos a ninguna imagen. Hermanos: Si estuvieran en esa situación: ¿Qué hubieran hecho? Por favor, examinen su nivel de fe, de bondad y lo que responderían. Tan sólo imaginen esto: Están a punto de ser arrojados a un horno de fuego ardiendo. Van a morir. Y para librarse de eso, sólo tienen que inclinarse ante una imagen. Solo una vez. Nada más. No necesita hacerlo dos veces. Ahora bien, lo que ellos dijeron no lo hicieron sólo porque tenían la plena confianza que Dios podía salvarlos, sino también porque -aun si no lo hacía- su confianza y amor por Dios no variaría. Es porque tenían una total confianza en Dios -quien es el Padre de todo espíritu- y podían poner todo en Sus manos. No importaba si morían o vivían. Sólo les importaba obedecer la voluntad de Dios. Tampoco pensaron en la recompensa que Dios les iba a dar por lo que habían hecho. De la misma forma, si enfrentamos pruebas por ser fieles a Dios y no nos quejamos ni nos sentimos agobiados, Él verá que nuestro corazón es bueno y bondadoso. Hermanos: Deben entender lo que es la verdadera fe; y lo que es en realidad creer, confiar y amar a Dios. Deben hacerlo para llegar al nivel del espíritu. Si ha pecado, deberá enfrentar pruebas y dificultades porque Dios lo protege de acuerdo a Su justicia. En esa circunstancia, si se queja o murmura, Dios lo verá como un bebé. Una pregunta: ¿Cómo se sentiría si a pesar que ha hecho todo lo posible por lograr lo que ha pedido en oración, eso no prospera sino más bien enfrenta dificultades? Acaso ya no estaría agradecido. Y pensaría: ¿Por qué no ha prosperado mi proyecto si lo que quiero es dar gloria a Dios y a Su reino con una bendición financiera? ¿Se sentirían tristes diciendo: Padre porqué no me bendices aun cuando he sembrado y he sido fiel en mi servicio? Les pido que examinen su vida a ver si alguna vez se han sentido desanimados o decepcionados y se han dado por vencidos. Si tuviera un buen corazón como el de Daniel y de sus tres amigos, nunca se sentirá triste, desanimado ni desesperado. Más bien, se sentiría feliz y satisfecho porque Dios ha aceptado lo que ha sembrado y porque ha actuado con fe de acuerdo a la voluntad de Dios. Los pensamientos de Dios son más altos que los del hombre. Por ello, cuando su plan no prospera, no debería desanimarse ni decepcionarse. Es porque Dios nunca dejará de recompensar con lo mejor a los que confían en Él con todo Su corazón. De acuerdo al criterio humano, las personas fijan sus metas y anhelos de acuerdo a su propio criterio. Sin embargo, Dios es infinito y sabe lo que es mejor para cada uno. Dios desea dar lo mejor a los hijos que confían en Él. Si su fe en ese buen Dios es firme y constante, sea que le conceda algo o no; y aun cuando lo lleve a una situación que sea diferente a la que usted ha previsto y pensado; Dios lo verá en verdad como un buen siervo. Dios da lo mejor a aquellos hijos que tienen una fe sólida. Volviendo a la prédica: Los tres amigos de Daniel fueron arrojados al horno de fuego que había sido calentado siete veces más de lo acostumbrado. Y el rey hizo justo lo que dijo: Ellos habían confesado su fe. Pero para el rey, eso fue algo ofensivo y descortés. Lo enojaron. Por eso, mandó que los arrojaran al horno de fuego ardiendo que estaba siete veces más caliente de lo acostumbrado. Sin embargo, Dios los protegió en medio de las llamas ardientes y se glorificó en gran manera. Lo mismo sucedió con Amán. Recuerdan Hermanos: Amán era un hombre malvado y conspiró para destruir al pueblo judío. No obstante, Dios lo dejó obrar. Dios no hizo nada cuando el diablo y Satanás instigaron a Amán. Pero en el momento más critico, Dios trastocó toda la situación e hizo que los conspiradores fueran ahorcados. Dios siempre obra en el momento más crítico. Siempre hay un punto crítico. Nosotros-como seres humanos- podemos pensar que es el momento correcto para actuar. Y queremos que Dios obre en forma inmediata. No obstante, para Dios hay un tiempo que es el adecuado. Como Dios conoce los tiempos, espera el momento adecuado para actuar. Y cuando ese momento llega, Él obra. Dios sabía de antemano que incluso si el rey hacía lo que había dicho, sus hijos darían prueba de su fe. Ahora bien, al ver la fe y la bondad de Daniel y de sus tres amigos, debemos entender algo. ¿Se imaginan lo mucho que deben haber sufrido al ver a seres humanos adorar ídolos? Hicieron enfurecer al rey y eligieron ser echados al horno de fuego ardiendo o ser arrojados a los leones hambrientos. Dios nos dice que no debemos comer lo que se ofrece a los ídolos. La gente que no conoce a Dios cede ante el mundo. Y cuando leen la Biblia, no sólo en el Antiguo sino también en el Nuevo Testamento, Dios nos dice que no debemos tener ninguna clase de ídolo ni imagen. Dios nos prohíbe adorar imágenes Sabemos muy bien los Diez Mandamientos. Éxodo 20: 1-4 señala: "Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. (Debemos saber, memorizar y obedecer los 10 Mandamientos. Continúa la cita) "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra." Dios nos dice que no debemos hacernos ninguna clase de imagen. ¿Quiénes hacen las imágenes o los ídolos? Son los seres humanos. La gente adora imágenes. Nuestro Señor es Señor de señores; y es el unigénito hijo del Dios viviente. Es nuestro Salvador. Sin embargo, la gente adora imágenes. O a simples criaturas. La pregunta es: ¿Qué debemos hacer? Ahora que estamos en el fin de los tiempos. ¿Qué debemos hacer? Usted y yo debemos obedecer lo que Dios nos dice que hagamos. Nuestro Señor regresará pronto. Y aun cuando el mundo está manchado de pecado y es difícil hallar una palabra de vida, no deberían de adorar imágenes. Yo he pasado por lo mismo. Algunas veces Dios me había dicho que iba a hacer algo. Sin embargo, desde el punto de vista humano sucedieron cosas en verdad muy difíciles. Algunos objetivos no se pudieron cumplir tal como se había previsto. No obstante, jamás le reclamé a Dios. Nunca le dije: "Padre: ¿Porque no has prosperado todo como lo prometiste?" Aun cuando parecía que no podríamos alcanzar nuestra meta; yo tenía la completa seguridad que Dios podía cambiar todo en un instante. Aun cuando no todo iba como estaba previsto y planeado, obedecí con fe porque sabía que dentro de toda esa circunstancia se escondía la voluntad agradable de Dios. Así continué hacia adelante con fe. Y a través del obrar de Dios, he sido testigo de cómo se ha revelado Su gloria. Y cuando la situación no cambiaba de inmediato, yo creía que Dios tenía algo mejor para nosotros. Ustedes lo han presenciado. Así hemos podido glorificar a Dios. Hemos sido inmensamente bendecidos. Y con el transcurso del tiempo, he podido comprobar que Dios siempre cumple lo que ha prometido. Si en verdad desea glorificar a Dios este año, espero que puedan andar en fe y confiar en Dios en toda circunstancia. Aun cuando enfrente dificultades inesperadas, si tiene el gozo y la satisfacción de haber sembrado y obrado con fe en Dios, con una actitud de constante agradecimiento; Él ciertamente le recompensará y bendecirá más de lo que ha sembrado. Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que todos ustedes sean bendecidos de esta manera. Hermanos: Ahora veamos la bondad que Daniel demostró en sus actos y que glorificó a Dios. En el tiempo del rey Darío de Persia, Daniel fue designado uno de los tres gobernadores sobre todo su imperio, siendo el segundo en autoridad después del rey. No obstante ello, fue acusado por gente envidiosa que tenía celos de él. Esos gobernadores y sátrapas envidiosos procuraron hallar un pretexto para acusar a Daniel en su conducta en los asuntos de gobierno, pero no lo pudieron hacer. Daniel andaba en rectitud. ¿Nunca aceptó sobornos? ¿Acaso hizo algo malo? No ¿Engaño al rey? Jamás. No había en él ninguna maldad. No hallaron engaño en él; porque era totalmente confiable y veraz. Por eso, conociendo su costumbre de orar en obediencia a la ley de Dios, planearon un complot malvado para acusarlo. Sabían que Daniel oraba 3 veces al día. Por ello, le pidieron al rey que promulgara y confirmara un edicto según el cual cualquiera que en el espacio de treinta días pidiera algo a cualquier dios u hombre fuera del rey, debía ser echado en el foso de los leones. Y le pidieron al rey que firmara el documento para que no pudiera ser revocado. Hicieron que el rey firmara el decreto para que ni el mismo pudiera revocarlo. Planearon todo esto con premeditación. Sin embargo, como Daniel tenía un espíritu superior y un entendimiento y sabiduría de lo alto, pudo darse cuenta del complot que estaban tramando y lo que estaba sucediendo en torno suyo. No nos olvidemos que Daniel gozaba del favor y de la confianza del rey; y que muy bien podía haber denunciado esa conspiración. De haberlo hecho, el complot se hubiera descubierto porque el rey confiaba plenamente en Daniel. No obstante, Daniel no le informó al rey ni denunció a los conspiradores. Guardo silencio porque confiaba en Dios con todo su corazón; y aun cuando sabía que el edicto ya había sido firmado y ratificado por el rey, no dejó de orar tres veces al día, como de costumbre, dando gracias a Dios. Esto fue porque Daniel tenía un buen corazón en el que no cabía la idea de dañar a alguien. Si Daniel hubiera denunciado al rey el complot, con toda seguridad, los intrigantes hubieran sido castigados. Sin embargo, jamás tuvo esa intención aun cuando podía haberlo hecho, ya que gozaba del favor del rey. Y a pesar que habían planeado esa conspiración contra él para perjudicarlo, incluso amenazando su vida, Daniel no intentó dañar a los conspiradores. ¿Se pueden imaginar la bondad de Daniel? Aun cuando lo iban a matar, no procuró vengarse. Daniel tenía la completa seguridad que Dios es el único que controla la vida y la muerte; la dicha y la aflicción del ser humano. Y a Dios le agradó esta clase de fe. Una pregunta Hermanos: ¿Cuál es su nivel de bondad? Algunos de ustedes, aun sabiendo que sus palabras, gestos y actitudes van a herir a otra persona, no les importa el daño que pueden hacer. Eso demuestra que no tienen bondad. En la medida en que tenga bondad en su corazón, cada vez que diga algo, cuidará que sus palabras no hieran los sentimientos de los demás. Entonces, pensará antes de decir algo o, si dice algo, dirá algo bueno y constructivo. Algunos no son francos en su trato, sino que pretendiendo estar preocupados por otros, informan a sus líderes de las faltas de los demás. Proverbios 17:9 nos advierte de esto. Y dice la cita: "El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo." Tal vez crea que divulgar la falta de alguien sea bueno o positivo para que esa persona se corrija; no obstante NO DEBE HACERLO. Debe ser prudente y discreto. Espero que, de ahora en adelante, su corazón esté lleno de bondad y no dañe a otros, sino que busque el beneficio de los demás. Estimados Hermanos: La fe de Daniel era tan firme y constante que era conocida hasta por sus enemigos. Estos sabían que Daniel iba a orar como acostumbraba hacerlo aun sabiendo que el edicto ya había sido firmado por el rey; y por eso lo acusaron. Como lo habían previsto, Daniel oró tres veces al día como siempre, y todos lo pudieron ver. Entonces, fueron inmediatamente al rey y acusaron a Daniel de haber violado el edicto. En ese momento, el rey se dio cuenta que todo había sido un plan urdido por ellos para eliminar a Daniel. Esto lo vemos en Daniel 6:14. Que dice: "Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera,..." Aquí podemos ver lo mucho que el rey estimaba a Daniel. Continúa el pasaje: "... y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle." ¿Se imaginan lo preocupado que debe haber estado el rey por Daniel? ¿Debe haber pensado diferentes formas para salvarlo? Y cuando el rey dudó, aquellos hombres lo rodearon y le dijeron que de acuerdo a la ley del reino ningún edicto u ordenanza que el rey hubiera confirmado podía ser abolida. Entonces, el rey no tuvo otra opción sino ordenar que echaran a Daniel al foso de los leones. Y el rey le dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. El rey no dijo esto porque creía en Dios. No. Este pasaje más bien nos dice lo profundo que había plantado Daniel la Palabra de Dios en el corazón del rey. Como Daniel era confiable en todo lo que hacía, el rey guardó en su mente todo lo que Daniel decía cuando testificaba de Dios. Ahora bien, el rey se sintió mal porque no había podido proteger a su fiel y leal siervo Daniel del foso de los leones. Y dice la Escritura que cuando el rey regresó a su palacio, se acostó y ayuno; y no aceptó que tocaran ningún instrumento de música, y no pudo dormir. Al levantarse, muy de mañana, el rey fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a Daniel con voz triste, y le dijo: "Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?" El rey creía que Daniel ya había sido devorado por los leones hambrientos. Entonces: ¿Por qué llama a Daniel cuando se acerca al foso de los leones? Lo llama porque lo quiere. Pero, para su asombro, oyó la voz de Daniel del fondo de la cueva. Y dice la Escritura en Daniel 6:21-22 "Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño,..."
Hermanos: Dios envió a sus ángeles para cerrar la boca de los leones. Se dan cuenta que Dios puede hacer cualquier cosa. La pregunta es: ¿Cuánto confía en Él? Esa es la clave. No importa lo difícil de la situación: Si verdaderamente confía y ama a Dios y obedece Sus mandamientos, nuestro Dios enviará a Sus ángeles para protegerlo y salvarlo. Continua la cita "...porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo." Cada palabra que dijo Daniel consoló y alegró al rey. Si Daniel se hubiera sentido maltratado o dejado de lado, no hubiera manifestado esta clase de bondad. Más bien, se hubiera quejado expresando su resentimiento de la siguiente manera: Rey: Yo no he hecho nada malo contra usted ni contra nadie. ¿Por qué ha escuchado a esos traidores? Pero mi Dios ha enviado a Sus ángeles para cerrar la boca de los leones y que no me dañaran. Ahora puede estar seguro que soy inocente. Diga públicamente que soy inocente. De haber dicho esto, el rey se hubiera sentido mal y avergonzado. Sin embargo, Daniel no se quejó ni estuvo resentido con el rey. Todo lo contrario, estaba preocupado por él, porque sabía que estaba triste por haberlo echado al foso de los leones. Daniel deseaba que el rey supiera cuanto antes que estaba vivo para que no se sintiera mal. Cuando en el rey corrió hacia el foso de los leones, Daniel le dijo al rey: Oh rey, vive para siempre. Con esas palabras lo consoló. Y luego le contó cómo Dios lo libró. Hermano: Si estuviera en la situación de Daniel: ¿Podría decir lo mismo? Por ejemplo: Si no aceptan su opinión o si le llaman la atención en la iglesia: ¿Qué diría o que haría? Acaso: ¿Ha alentado a otros hermanos para que confíen en Dios: Diciéndoles: Debemos confiar en Dios hasta el final, porqué Él obrará? O se ha limitado a señalar los errores de los demás hiriendo sus sentimientos al decirles: "No ve lo que pasa porque no hacen lo que digo. Por eso todo está mal." Eso haría que los demás -que ya se sienten mal por lo que han hecho- se sintieran aún más culpables. Se imaginan lo mal que se sentirían. No importa si tiene razón o no. Si sus palabras hieren u ofenden, NO DEBE DECIRLAS. Las personas de buen corazón tendrán domino propio sobre sus palabras. Tendrán en cuenta su cargo y posición y se comportarán de tal manera que no herirán a nadie. Si en la Iglesia ni en su casa sirven a los demás de esta forma; no habrá armonía ni paz. Lo mismo se aplica entre hermanos, hermanas, padres, hijos y esposos. El diablo entrará por cualquier grieta que deje abierta. Espero que desde ahora primero sirvan a los demás antes de ser servidos y a donde vayan transmitan paz para que el reino de los cielos esté en su corazón. Termino el mensaje: Amados Hermanos y Estimado Público: Si tienen la bondad de Daniel y de sus tres amigos, el maligno nunca lo podrá tocar y Dios lo librará de todo mal. Nadie lo podrá atacar. Si pasa por pruebas y dificultades, será para su perfeccionamiento y para que la gloria de Dios sea revelada. Además será bendecido abundantemente. El Mismo Dios que envió a Su ángel para salvar a Daniel del foso de los leones y proteger a sus tres amigos del horno de fuego, ESE MISMO DIOS VIVE AHORA. La segunda parte de Isaías 43:1-2 cita "...No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti." Esta promesa viene sobre aquellos quienes son buenos y desciende inmediatamente sobre los que devuelven bondad por maldad y alcanzan la perfecta bondad. Si agrada a Dios con buenas obras, Él le concederá las peticiones de su corazón como si estuviera esperando por ellas. Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que todos anhelen esta clase de bondad y la lleguen a poner en práctica cada día para que la bendición y la protección de Dios siempre estén sobre cada uno de ustedes. |
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