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Mensajes > Official Service |
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Title |
Tierno Amor - Servicio de Celebración de Navidad 2010 |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
Lucas 2:13-14 |
Date |
2010-12-25 |
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Pasaje
Lucas 2:13-14 "Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"
[Introducción]
¡Feliz Navidad!
¡Celebremos el nacimiento de nuestro Jesús!
La Navidad es el día en el cual conmemoramos y celebramos el nacimiento de Jesús, quien vino al mundo para salvar a la humanidad.
Démosle gracias y gloria a Dios el Padre, quien nos amó a pesar de haber sido pecadores y envió a Su Hijo Unigénito, Jesús, quien se despojó de la gloria celestial y vino a la Tierra por nosotros.
Para esta Navidad, Dios el Padre nos ha dado el mensaje titulado "Tierno Amor".
Cuando el estado de ánimo de alguien o algo, o cuando el clima es suave, plácido, delicado, dócil y moderado decimos que es "tierno".
Cuando se detienen los fuertes y feroces vientos y se termina el invierno, llega la primavera y soplan "tiernas" brisas.
Y si la luz del sol brilla con la tierna brisa, cada ser viviente se renueva en la calidez de la primavera.
Los nuevos capullos se ensanchan y brotan en los árboles que parecían estar muertos.
De la tierra que parecía no tener nada en ella surgen frescos brotes verdes.
De manera similar, cuando el amor de Dios el Padre, el Señor y el Espíritu Santo viene a nuestros corazones, nuestros espíritus muertos reviven.
Así como la tierra congelada se derrite con el brillo del sol de la primavera, todo tipo de problemas complicados en la vida pueden ser resueltos en el amor del Señor.
¡Ruego en el nombre del Señor que este amor del Señor venga sobre cada uno de los que están asistiendo a este servicio de celebración de Navidad!
Mensaje principal
Amados hermanos y hermanas en Cristo:
Esta Navidad tiene un significado muy diferente para mí que nunca antes.
Es porque, desde hace unos meses, he sido capaz de sentir profundamente cuán sacrificial fue para Jesús venir a esta Tierra en forma humana para salvar a los pecadores.
Es nada menos que a través de miles de cartas de arrepentimiento que me han dado.
Muchos de los que me han dado sus cartas de arrepentimiento no podían ser salvos porque cometieron pecados que los llevan a la muerte.
1 Juan 5:16 dice: "…Hay un pecado que lleva a la muerte; yo no digo que deba pedir por ése" (LBLA).
No obstante, por cientos de almas he ofrecido oración intercesora a Dios el Padre con el amor que trasciende la justicia.
En un sentido espiritual, fue semejante al esfuerzo que se necesita para mover a cientos de personas del Infierno al Cielo.
Mientras yo estaba haciendo esta obra espiritual, el aliento de vida se filtró fuera de mi cuerpo.
La médula se filtró por los huesos.
Todos los órganos y tejidos se debilitaron.
La energía del cuerpo para la digestión, absorción y fuerza muscular estaba muy débil.
Si Dios el Padre no me hubiera ayudado con el aliento del espíritu, mi espíritu hubiera tenido que dejar mi cuerpo.
En el proceso de sacar las almas que estaban cayendo al Infierno y guiarlas al Cielo, mi cuerpo sufrió este tipo de daños.
En una ocasión le confesé a Dios: "Si yo fuera capaz de salvar a solo mil almas, tuviera el coraje de ir al Infierno en vez de ellas".
Dios el Padre me explicó que aquella confesión mía no terminaba en simples palabras, sino que era atestiguada como la verdad por medio de esta prueba.
Hermanos y hermanas:
Por medio de esta experiencia, puede sentir más vívidamente que nunca antes, el gran amor que Jesús nos ha dado.
Pude sentir por completo cuán sacrificial fue el momento que Él cargó con todo el peso del pecado de la humanidad y derramó toda Su sangre por los pecadores en la cruz.
El propio hecho de que Jesús haya adquirido forma humana y haya venido a la Tierra, significa que el sacrificio que Él hizo en verdad tuvo un costo muy alto para Él.
El Reino de los Cielos en el cual originalmente Jesús habitaba es magnífico, con luces brillantes, santidad y gloria.
La Tierra, al contrario, está llena de tinieblas; el pecado es desenfrenado, todo tipo de cosas inmundas y abominables ocurren.
El mismo Jesús se hizo carne, como ser humano, y vino a la Tierra en carne para salvar a los pecadores.
Él se despojó de toda la gloria celestial, y vistió la forma más humillante y deshonrosa de hombre.
Y atravesó de primera mano todas las debilidades, inmundicias, falsedades e impurezas de la humanidad.
Al final, fue colgado en un madero, derramó Su preciosa sangre y murió como el sacrificio expiatorio por los pecadores.
Puesto que Jesús derramó su sangre sin mancha, la cual fue sin pecado, expió una vez por todos los hombres.
Por lo tanto, para todo aquel que cree este acto de justicia en su corazón y acepta a Jesucristo como su salvador, el camino hacia el perdón de los pecados ha sido pavimentado.
Además, debido a que Jesús no tenía pecado en lo absoluto, el destruyó el poder de la muerte y resucitó al tercer día de su sepultura.
Así, cualquiera que se une con el Señor resucitado por la fe puede participar en la resurrección.
Entonces, aunque su vida corporal llegue a su fin, podrá entrar al Cielo y vivir por siempre con el Señor.
Dios el Padre conocía de antemano que esta asombrosa providencia de salvación sería cumplida por medio del nacimiento de Jesús.
Por esta razón, cuando Jesús nació en la Tierra una multitud de huestes celestiales y ángeles cantaron canciones a Dios, como menciona Lucas 2:14: "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"
Hermanos y hermanas:
Ustedes deben recordar que la vida eterna y la salvación no podían entregársenos con facilidad.
Es el resultado del extremo sacrificio natural de Jesús y el fruto del amor de Dios el Padre al punto de entregar a Su Hijo amado.
Para los hijos de Dios que han aceptado a Jesucristo, Dios ha prometido no solo darles salvación, sino también muchas respuestas, así como bendiciones.
¿Es sólo la cuestión de la salvación algo que el hombre no puede resolver con sus propias fuerzas-
Hay también muchos asuntos dolorosos, incluyendo las enfermedades y la pobreza, que el hombre no puede solucionar.
Dios el Padre no quiere que Sus hijos sufran por estos problemas.
Por lo tanto, Él da a aquel que pide; aquel que busca, encontrará; y abrirá las puertas a aquellos que llamen.
Dios el Padre se deleita en responder a cualquier cosa que Sus hijos busquen con fe, y se deleita en bendecirlos.
Él quiere ser glorificado al hacer que cosas que son imposibles para las personas sean posibles por medio de Sus hijos de fe.
En Juan 14:13-14 Jesús promete: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré".
A través de la historia del cultivo de la humanidad, Dios el Padre ha manifestado cuán grande es Su amor.
Él desea que las personas crean en el amor de Dios y que cambien a lo espiritual por medio de ese amor.
Pacientemente Él espera para que las personas lleguen a ser Sus hijos verdaderos, quienes puedan compartir un amor sincero con Dios.
Por esta razón, Dios el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo como nuestro Consolador.
Es solo por medio del Espíritu Santo, no únicamente por el Señor y Dios registrados en la Biblia, que Dios el Padre nos ha permitido conocer y experimentar al Dios viviente quien siempre está con los creyentes.
En Lucas 10:3, cuando Jesús envía a Sus discípulos al mundo, Él dice: "Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos".
El diablo enemigo y Satanás, los gobernantes de este mundo, son como lobos hambrientos tratando de devorar a los creyentes en Cristo.
El diablo enemigo hace que las personas malas cometan más acciones malas, de esta manera en el mundo se está incrementado la crueldad y la maldad.
Ya que Sus hijos están viviendo en este mundo, Dios no ha dejado a Sus hijos como huérfanos, sino que les envió el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo no ha cesado de proveernos del tierno amor.
Él mueve nuestros corazones mientras cantamos alabanzas, y nos insta a derramar lágrimas de agradecimiento cuando oramos.
Por medio de la Palabra de Dios, Él nos da la realización espiritual que aumenta nuestra esperanza por el Cielo.
Dios llena nuestros corazones con el tierno amor por medio de la alabanza, la oración y la Palabra.
Con su gran amor y calor, Él abraza y consuela las almas que han sido engañadas y heridas.
De esta manera, Él guía a los hijos de Dios, no a buscar amor carnal, el cual es corruptible, sino a permanecer en el verdadero amor.
Amados hermanos y hermanas en Cristo:
Hemos sido provistos continuamente con el tierno y caluroso amor de Dios, el cual no puede ser encontrado en ninguna parte del mundo. Ahora, ¿qué debemos hacer nosotros para retribuir esa gracia-
Permítame rápidamente hablar de tres puntos:
Primeramente, no deberían ver al mundo de nuevo.
Si ustedes miran de nuevo al mundo, se están privando de su corazón a causa de las cosas mundanas.
Entonces, el amor de Dios seguirá desvaneciéndose y desapareciendo de sus corazones.
Deben recordar la advertencia escrita en 1 Juan 2:15 que dice: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él".
Cuando las cosas del mundo se ven agradables a sus ojos, por favor piensen acerca de esto de la siguiente manera:
¿Son aquellas cosas mundanas más valiosas que la paz, la gratitud y el gozo que vino sobre ustedes de lo alto cuando se arrepintieron de corazón por sus pecados-
¿Cuán adolorido, tembloroso y agobiado estaba su corazón cuando pecaba-
Si ustedes ven hacia el mundo y poco a poco se dirigen hacia él, quizás caigan en un dolor aún más intenso.
Por lo tanto, si las tentaciones del mundo están por entrar en su mente, asegúrense de pensar en Jesús, quien entregó Su vida para salvarlos de sus pecados.
Y deben recordar que el Espíritu Santo intercede por ustedes con gemidos indecibles cuando cometen algún pecado.
Junto con estas dos cosas, deben recordar que Dios el Padre los ha abrazado con tierno amor.
En Colosenses 3:2-3 dice: "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios".
La persona que usted era anteriormente, quien existía en el pecado y la maldad del mundo, fue muerta junto con Cristo.
Ustedes fueron renovados en una nueva creación en Cristo.
Así, ustedes son nuevas personas en Cristo, por lo tanto ustedes no deben poner su mira en las cosas de la Tierra, es decir en las cosas de este mundo.
Deben poner su mira sólo en las cosas de arriba, es decir en el Cielo.
Para entrar a un mejor lugar de morada en el Cielo, deben llenar sus corazones con el espíritu y la bondad.
Para decirlo más específicamente, deben adorar a Dios en espíritu y en verdad.
Deben cuidadosamente escuchar el mensaje y guardarlo en sus mentes.
Tienen que leer no solo la Biblia, sino muchos libros que traten acerca de la Palabra de Vida, y luego, diligentemente, hacer de ello su pan espiritual.
Deben constantemente almacenar oraciones fervientes.
Entonces, la gracia y la fortaleza de Dios vendrá sobre ustedes y podrán sentir cómo sus corazones cambian en bondad y espiritualidad por la ayuda del Espíritu Santo.
Aquellos que se deleitan en la prosperidad de sus espíritus y almas por medio de las oraciones y la Palabra, consideran los entretenimientos del mundo como nada.
No se deleitan en aquellos entretenimientos en lo absoluto.
El Apóstol Pablo sintió y experimentó esta verdad al 100%, por lo que estimó todas las cosas del mundo como basura.
Él siguió adelante hacia la meta al punto de abandonar su vida.
¡Ruego en el nombre de Jesús, que ustedes puedan dejar completamente las cosas de este mundo y seguir adelante a la meta máxima, que es la de entrar a la Nueva Jerusalén en el Cielo!
Hermanos y hermanas:
Ya que recibimos aquel tierno amor que no puede ser hallado en ninguna parte del mundo, en segundo lugar, nunca deberíamos olvidarnos de ese amor.
En Salmos 103:2-5 leemos: "Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila".
Nunca deberíamos olvidar al Dios que nos ha perdonado todas nuestras iniquidades; quien ha sanado todas nuestras enfermedades; quien ha redimido nuestras vidas del hoyo; quien nos ha coronado de amor bondadoso y compasión y quien satisface tus años con buenas cosas.
El amor que Dios nos ha dado no puede ser adquirido ni ganado por el esfuerzo de las personas en el mundo.
Nuestro corazón no fue satisfecho con nada en el mundo, pero Dios lo ha llenado con Su tierno amor.
Para no olvidar la emoción de este amor, ustedes deben mostrar al menos una pequeña prueba de su amor por Dios cada día.
Si ustedes en este día cultivan su corazón en un corazón más hermoso y mejor que ayer, ésta será una prueba de su amor por Dios.
Es bueno que ustedes puedan convertirse en personas que se sacrifican y dedican más hoy que ayer.
Incluso en los asuntos más insignificantes, ustedes pueden orar, hablar y actuar con el amor por Dios.
Si ustedes ofrecen a Él la fragancia de su amor por Dios de corazón, Dios también manifestará su amor por ustedes en sus vidas.
Él inspirará y llenará sus corazones, hará que todas las cosas les salgan bien y les dará bendiciones económicas.
Por consiguiente, podrán sentir el amor de Dios y llevar una vida feliz cada día.
Entonces, ¿cómo pueden ustedes olvidar Su amor-
Ustedes estarán atados a Él con un fuerte lazo de amor día a día.
Ahora, el tercer punto es que ustedes deben compartir el tierno amor de Dios a todas las almas posibles.
¿Cuántas personas están deambulando en el mundo porque no han conocido al Señor-
Muchas personas son atormentadas por accidentes, enfermedades y dolores. Pierden sus posesiones y se sienten apesadumbrados porque han sido estafados y defraudados con su dinero.
Algunos de sus familiares y parientes quizás caigan en estas mismas categorías.
La causa de todos estos problemas son los pecados, pero el Señor soluciona los problemas del pecado; sin embargo, ellos no tienen idea de este asunto.
Si ellos creyeran en el Señor y se acercarán y le pidieran a Él, el Señor los abrasaría con Su tierno amor. ¡Qué triste sería que ellos no se enteraran acerca de esto!
El Señor quiere que nosotros compartamos de Su amor con las personas que no lo conocen.
Él espera que ellos puedan sentir y experimentar Su amor por medio de nosotros.
Aunque les causen daño a ustedes, deben comprenderlos y perdonarlos tal como el Señor les perdonó de todos sus pecados.
Entonces, podrán sentir el amor del Señor por medio de ustedes.
También es importarte compartir el evangelio "a tiempo y fuera de tiempo".
Lo más importante es que ustedes no deben compartir el amor del Señor sólo con palabras, sino que deben manifestar Su amor en obras y en verdad.
Podemos leer en 1 Juan 4:12: "Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros".
Les animo a ustedes, que han recibido el amor de Dios, a ser mensajeros de Su amor y que manifiesten al Dios viviente a todas las personas que puedan.
[Conclusión]
Amados hermanos y hermanas en Cristo:
En esta Navidad les he explicado con cuán grande amor Dios el Padre, nuestro Señor y nuestro Consolador, el Espíritu Santo, nos han abrazado.
Su amor ha provocado que ustedes puedan revivir.
Su amor les ha hecho sentirse satisfechos una vez más.
Su amor les permitió albergar esperanza y tener metas claras.
Por lo tanto, yo les pido que no miren al mundo nuevamente y que no se olviden del amor de la Trinidad de Dios.
También les he dicho que se conviertan en los mensajeros de Su amor a todas las personas en el mundo que aún están deambulando sin el conocimiento del Señor.
En esta Navidad bendecida, anhelo que sus corazones sean completamente llenos con el tierno amor de Dios.
¡Ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que puedan glorificar a Dios y puedan tener una vida bendecida en Él de ahora en adelante!
Espero que a partir del servicio de hoy, puedan tener un tiempo lleno de felicidad y gozo.
¡Feliz Navidad! |
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