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Mensajes > Official Service |
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Title |
El Nacimiento del Señor(1) - El Nacimiento del Señor (1) |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
Mateo 1: 21-23 |
Date |
2017-12-24 |
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[Pasaje]
[Mateo 1: 21-23] "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros."
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Hace 2,000 años, buenas nuevas de gran gozo fueron llevadas a un pequeño pueblo de Judá, Belén.
Lucas 2:11 dice, "que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor".
Jesús nació en un lugar muy pequeño y miserable, en un establo.
El pueblo de Israel no lo reconoció ni prestó ningún interés en Su nacimiento.
Ellos creían que el Mesías que estaban esperando vendría de una familia prominente y rica, de entre aquellos que eran de gran estima.
Y ¿qué hubieran pensado ustedes si hubieran visto al niño Jesús en un pesebre en Belén, así como los pastores y los tres magos hace 2,000 años atrás?
¿Se habrían sentido sumamente bendecidos y conmovidos porque el bebé era el Hijo de Dios y Aquel quien demostraría poderosas obras y que enseñaría la verdad, moriría en la cruz y resucitaría por nosotros?
Ustedes vienen a la iglesia en este día para celebrar el nacimiento de Jesús.
El título del mensaje de hoy es "El Nacimiento del Señor", y les hablaré sobre el nacimiento, ministerio, la resurrección y la segunda venida del Señor en este servicio, y de nuevo en el servicio de la tarde.
Oro en el nombre del Señor para que, por medio de este mensaje, ustedes lleguen a amar a nuestro Señor Jesucristo aún más.
[Mensaje]
Amados hermanos y hermanas en Cristo, para esta Navidad, la primer cosa que debemos recordar es el nacimiento de Jesús.
Como ya dije antes, Jesús hizo enormes sacrificios desde el momento que Él vino a esta tierra.
Jesús es el Hijo de Dios. Él estaba en la gloriosa luz junto a Dios y gobernaba todas las cosas en el universo.
Pero, en la providencia de Dios, Él nació en este mundo en forma de hombre para salvar a la humanidad que estaba destinada a morir a causa de sus pecados.
Filipenses 2:6-8 dice, "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz".
Para el Hijo de Dios, quien estaba en el cielo, venir a esta tierra y tomar en Sí mismo la condición humana era un enorme sacrificio.
Y eventualmente, Él pasó por el horrible sufrimiento de la cruz y murió en lugar nuestro.
¿Por qué Dios envió a Jesús a esta tierra?
Esto fue a causa de Su amor por nosotros y para asumir la responsabilidad por nosotros, porque somos Sus hijos.
Remontémonos a los tiempos del primer hombre, Adán.
Dios Padre inició el cultivo de la humanidad con grandes expectativas.
Cuando Él estaba creando al primer hombre Adán con todo Su amor, estaba lleno de esperanzas y expectativas.
Él esperaba que innumerable hijos surgieran teniendo corazones sinceros y una fe perfecta. Esperaba compartir amor verdadero con ellos por la eternidad.
Él caminó con Adán durante mucho tiempo y le enseñó sobre Dios, sobre todas las cosas del universo, las reglas del reino espiritual, y sobre la bondad y la verdad.
Pero este Adán desobedeció la palabra de Dios y se convirtió en esclavo del pecado.
Como dice Romanos 6:16, "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis?", Adán obedeció la voz de Satanás, por lo cual se convirtió en esclavo del pecado, perteneciendo a Satanás y no a Dios.
De acuerdo a la ley del reino espiritual que dice, "la paga del pecado es muerte", no solamente Adán, sino toda la humanidad que ha nacido con la naturaleza pecaminosa de Adán, estaba destinada a caer en el infierno.
Pero el Dios de amor no se dio por vencido con la humanidad, quienes no podían llegar delante de Dios a causa de sus pecados ni podían salvarse a sí mismos de sus pecados.
Isaías 49:15 dice, "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti".
De hecho, Dios sabía que Adán desobedecería y entregaría toda su autoridad al enemigo el diablo y Satanás.
Por esta razón, Él preparó el camino de salvación desde el principio de los tiempos para que la humanidad, quienes se iban a convertir en pecadores, fuera perdonada y recuperara toda la autoridad.
Mateo 1:21 dice, "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Dios preparó a Su hijo Jesús, quien estaba calificado para convertirse en el Salvador de acuerdo a la ley del reino espiritual, y lo envió a esta tierra cuando llegó el tiempo.
Romanos 5:19 dice, "Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos".
Así como toda la humanidad se volvió pecadora a causa del pecado de Adán, muchos serían perdonados de sus pecados y serían justificados por medio de la obediencia de Jesús.
Y Jesús no tenía ninguna naturaleza pecaminosa en Sí mismo porque Él fue concebido por el Espíritu Santo en el cuerpo de la Virgen María.
Además, Él guardó la Ley completamente, y no cometió ningún pecado.
Él completó el camino de la salvación de acuerdo a la voluntad de Dios.
También llevó una vida en pobreza para redimirnos de la pobreza.
Por medio de Su sacrificio nosotros podemos vivir una vida rica en el Señor.
Él usó la corona de espinas sobre Su cabeza, fue azotado en todo Su cuerpo, y derramó Su sangre a fin de redimirnos de todas las enfermedades y dolencias.
Finalmente, a pesar que era inocente, recibió el castigo de la muerte el cual estaba destinado a los pecadores. Muriendo en la cruz, Él nos dio a todos nosotros los que creemos en Él, una vida eterna.
Por lo tanto, el nacimiento del Señor es gloria a Dios y bendición a toda la humanidad.
¡Aleluya! Una vez más celebramos el nacimiento de nuestro Señor que vino a esta tierra por nosotros, demos todas las gracias y la gloria a Dios Padre quien nos ha mostrado Su inmenso amor hacia nosotros por medio de Jesucristo.
Amados hermanos y hermanas,
El segundo aspecto que debemos tener en mente para esta Navidad es el ministerio de Jesús.
Llegado el tiempo Jesús empezó la obra de Dios a tiempo completo.
Antes de tomar la cruz Él enseñó a las personas, predicó el evangelio del reino de los cielos, y sanó toda clase de enfermedades y dolencias.
Mateo 4:23-24 dice, "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó".
Jesús enseñó a las almas la verdad y les dio a conocer el corazón y la voluntad de Dios.
Él mostró inmenso poder, lo cual quiere decir que mostró innumerables evidencias que es el Hijo de Dios.
También quería que las almas conocieran sobre el reino de los cielos, el cual es un reino espiritual invisible.
Es por eso que son la Bienaventuranzas lo primero que predicó en Su ministerio público.
¿Cuál fue la primera bendición?
"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos"
Este es el evangelio del reino de los cielos.
Para la humanidad, que era como niebla que pronto desaparecería, Jesús enseñó sobre la bendición eterna, la cual es el reino de los cielos.
Y para los que no podían sentir el cielo en su corazón, Él les permitió entender de mejor manera el cielo hablándoles por medio de parábolas que hacían referencia a las cosas cotidianas tales como la semilla de mostaza, la levadura, y el tesoro escondido en el campo.
Y cada vez que tenía tiempo, Jesús les hizo saber claramente sobre el reino de los cielos predicando en el Templo, las sinagogas, en los montes o en el campo.
Él no dijo solamente, "Aquí está el reino de los cielos y ustedes tienen que arrebatarlo".
Él mostró las evidencias para que ellos pudieran realmente tener fe.
Fue por medio del poder de Dios como lo dice Juan 4:48, "Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis".
Hay muchos testigos en la Biblia que experimentaron el poder de primera mano.
Viendo a Jesús caminar sobre el mar, Pedro mostró su fe y también pudo caminar sobre las aguas.
A pesar que fue solamente por un instante, él fue capaz de experimentar el espacio espiritual.
La Virgen María presenció la señal cuando Jesús cambió el agua en vino en el banquete de bodas en Caná.
Los 12 discípulos presenciaron los milagros de alimentar a 5,000 hombres con 5 panes y 2 peces, y 4,000 con 7 panes y 2 peces.
Ellos también vieron a Jesús calmar los vientos y el mar solamente con Su palabra.
Pedro, Santiago y Juan contemplaron la transfiguración de Jesús, cuando Su cara brillaba como el sol y sus ropas eran blancas como la luz
Ellos vieron a Jesús sanar diversas enfermedades y aún resucitar a los muertos.
Algunos de estos casos están registrados en la biblia.
Una mujer sirofenicia fue ante Jesús y recibió la sanidad de la posesión demoniaca sobre su hija.
Un hombre enfermo acostado cerca del estanque de Betesda durante 38 años sin que nadie lo ayudara, se levantó y caminó con solo la orden de Jesús.
El hombre ciego Bartimeo y un hombre que nació ciego recibieron la vista cuando se encontraron con Jesús.
Una mujer con mucho tiempo de sufrir flujo de sangre no podía ser curada por ningún médico, pero fue sanada con solo tocar el borde del manto de Jesús.
También podemos considerar el ejemplo de María Magdalena quien sufrió las maldiciones de su familia porque ellos adoraban ídolos excesivamente.
Ella fue sanada de todas sus enfermedades al conocer a Jesús mientras vivía en circunstancias de plena oscuridad.
Por el mandato de Jesús el muerto Lázaro resucitó y regresó de la tumba, con sus manos y pies vendados y su cara cubierta con una venda.
A fin de llevar la voluntad de Dios y manifestar Su poder durante sus tres años de ministerio público, Jesús no tenía tiempo para descansar.
Él no podía comer ni dormir bien. Él usó todo su tiempo solamente en el reino de Dios y las almas.
Él cumplió con la voluntad de Dios hasta el momento que derramó toda Su sangre y exhaló Su último suspiro en la cruz.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, 2,000 años han pasado desde entonces, y Él continúa trabajando por las almas.
Romanos 8: 34 dice: "¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros".
Desde Su resurrección, Él está intercediendo por nosotros en el cielo incluso hoy en día.
Y mañana es el día en que celebramos el nacimiento de nuestro Señor.
Es el día del Señor quien vino a esta tierra para salvarnos y guiarnos al cielo. Él sembró fe y esperanza por el cielo en nosotros a través de Su ministerio de la cruz.
Aquellos que verdaderamente sienten el amor de Jesucristo y experimentan Su poder pueden regocijarse y disfrutar del gozo de la Navidad en sus corazones.
Así como los discípulos del Señor, ustedes también han experimentado el amor y el poder del Señor. Con ese agradecimiento y amor, por qué no le dicen al Señor: "¡Felicidades por el nacimiento del Señor! Señor, gracias por haber venido a esta tierra por nosotros."
Espero que todos celebremos el nacimiento del Señor juntos y seamos llenos de Su amor en Navidad. |
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