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Mensajes > Domingo por la mañana |
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Title |
cielo(51) - Nueva Jerusalén 9 |
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Speaker |
Rev. Jaerock Lee |
Pasaje |
Apocaolipsis 21: 21 |
Date |
2008-07-20 |
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: Cielo (51) – Nueva Jerusalén : “Las doce puertas eran doce perlas\; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.”
==================================== Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Esta es la 51ª sesión de la serie de sermones sobre el ‘Cielo’. Desde la sesión 43ª, les he estado hablando sobre la Nueva Jerusalén. Esta es la novena sesión que trata sobre la Nueva Jerusalén, pero aun no hemos llegado a la ciudad. Hasta aquí hemos aprendido sobre los muros de la ciudad y sobre las piedras de los doce cimientos, y sobre cómo podemos encontrar la llave para entrar a la ciudad en ellas.
La primera llave para entrar en la Nueva Jerusalén está en el muro de jaspe de la ciudad. El jaspe representa el quinto nivel de fe, la cual es la fe para agradar a Dios. Esta es la primera llave de la Nueva Jerusalén. La segunda llave fue hallada las piedras de los doce cimientos. La consolidación de los corazones espirituales representados por cada una de las piedras de los doce cimientos es el amor perfecto, y este amor perfecto es la segunda llave para entrar a la Nueva Jerusalén.
En esta sesión, les diré a dónde se encuentra la tercera llave.
Ésta está en la puerta de la ciudad de la Nueva Jerusalén. Espero que ustedes conserven en su mente todos los mensajes que han escuchado y que tomen la llave de la Nueva Jerusalén. Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes reciban la autoridad para pasar a través de las puertas de la ciudad de la Nueva Jerusalén y llegar a la ciudad.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hay doce puertas en las cuales se esconde la tercera llave de la Nueva Jerusalén. Hay tres puertas en cada lado, norte, sur, este y oeste, y cada una de ellas está ubicada a 2,000 Ri u 800 Km. de la otra.
Apocalipsis 21:25 dice, “Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche”.
Aquí, ‘nunca serán cerradas’ significa que nunca serán cerradas con llave. La puerta está cerrada pero no con llave, así que cuando alguien se para delante de ella, ésta automáticamente se abre.
Apocalipsis 21:12 dice “Tenía un muro grande y alto con doce puertas\; y en las puertas, doce ángeles”.
Así que, hay un ángel resguardando cada puerta de la ciudad. Los ángeles que protegen las puertas de la Nueva Jerusalén son enormes más allá de nuestra imaginación. Estos ángeles son como guardianes principales. Los guardianes solían proteger las puertas de la cuidad de día y de noche para evitar la entrada a extraños. Era importante conservar las puertas seguras especialmente durante los tiempos guerra. Una vez la puerta es abierta, es fácil conquistar la ciudad.
Pero en el cielo, no hay fuerzas enemigas ni nada de eso, y las puertas de la Nueva Jerusalén están siempre abiertas. Así que, ¿Cuál es la razón de que haya ángeles para que las cuiden? Hay tres razones para esto. La primera es para expresar la riqueza, la autoridad y el honor de la ciudad de la Nueva Jerusalén. Incluso en esta tierra, algunas personas importantes de la política o de los negocios, tienen sus guardianes privados y personal de seguridad en sus casas. Junto con la función de seguridad, también muestran la riqueza y la autoridad del dueño de la casa.
El significado de los ángeles cuidando las puertas de la Nueva Jerusalén es similar. Con solo mirar los ángeles protegiendo las puertas, podemos sentir cuan magnífico lugar es la Nueva Jerusalén. En la ciudad de la Nueva Jerusalén está ubicado el trono de Dios. Además, es el lugar donde los hombres más grandes de la fe en la historia humana viven para siempre.
Conviniendo a este hecho, incluso los ángeles que resguardan las puertas tienen una gran dignidad y autoridad. Así que, con solo ver los ángeles que protegen las puertas de la ciudad, podemos sentir el gran honor de la Nueva Jerusalén.
Segundo, resguardar las puertas es uno de los deberes de los ángeles. Hebreos 1:14 dice, “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”
La razón principal por la cual Dios hizo a los ángeles es para que ayuden y asistan a los hijos de Dios. Dios envía un ángel a cada persona en esta tierra. Estos ángeles son responsables de cada persona respectivamente. Ellos tienen el deber de escribir todas las palabras y acciones de cada persona en esta tierra. Y Dios recompensa a cada uno según estos registros el Día del Juicio. Pero para los hijos de Dios que creen en Él, les da por lo menos un ángel más.
Nosotros generalmente nos referimos a ellos como ‘ángel guardián’. Dios hace que estos ángeles protejan a Sus hijos de desastres y de enfermedades. Por supuesto, los ángeles pueden proteger a los hijos de Dios cuando éstos caminan en la luz. De acuerdo a la ley de justicia, incluso los ángeles no pueden protegerlos si ellos caminan en oscuridad. Así que, los ángeles están haciendo su trabajo incluso en esta tierra. Ellos tienen más y diversas obligaciones en el reino de los cielos.
El mundo de los ángeles está muy bien organizado, y cada uno tomará cuidado de varias obligaciones respectivamente. Una de ellas es cuidar las puertas de la ciudad. Por supuesto, los espíritus de la oscuridad no pueden entrar al reino de los cielos, especialmente a la Nueva Jerusalén. Aun sin los ángeles no resguardaran las puertas, nada sucedería.
Pero la razón por la cual los ángeles cuidan las puertas es porque es su deber como ángeles ministradores de los hijos de Dios. Esto no es algo que estén forzados a hacer sino que esta obligación es dada a ellos en la organización y armonía del reino espiritual.
La tercera razón por la cual los ángeles protegen las puertas de la Nueva Jerusalén es para mostrar el orden de la ciudad de la Nueva Jerusalén. El reino de los cielos funciona de acuerdo a un orden preciso y exacto, sin ningún error. No a la fuerza ni por mandato sino dentro del orden establecido por Dios, todo es dirigido naturalmente. Las recompensas, posiciones y autoridades son otorgadas de acuerdo a la justicia de Dios quien nos recompensa por lo que hemos hecho, y todo es dirigido en una forma ordenada de acuerdo a los rangos.
Sin embargo nadie se jacta ni se engrandece solamente porque su posición es alta. En el cielo, todos son hijos de Dios y se respetan y aman entre sí. Y esto se hace muy naturalmente de acuerdo al orden espiritual. Así como aquel que es muy educado respetará y tratará muy bien a las personas ancianas. En el reino de los cielos, el respeto y el amor brotarán del corazón de acuerdo a los rangos espirituales. Así pues, en el cielo, todo funciona suavemente en todas las áreas.
Por ejemplo, cuando Dios Padre ofrezca un gran banquete en la Ciudad de la Nueva Jerusalén, Él también invitará algunas personas de otros lugares de morada en el cielo. Aquellos que son invitados podrán llegar de acuerdo al orden espiritual. Los del tercer reino de los cielos llegarán primero, y luego los del segundo reino, el primer reino y luego del paraíso.
Pero, ¿Cómo sería si aquellos que están en el tercer reino o más abajo pudieran entrar en la Nueva Jerusalén cuando ellos lo desearan? Los que están en el tercer reino de los cielos o en los lugares más bajos se sentirían felices si así fuera, pero sin auto control el valor de las mejores cosas que hay allí se perdería. Si el orden de la Nueva Jerusalén se rompe, su belleza no puede ser conservada. La Nueva Jerusalén tiene que tener la mayor cantidad de felicidad y de comodidad, y romper ese orden no sucederá. Así que, para mantener el orden de la ciudad de la Nueva Jerusalén, también es necesario que ángeles resguarden las puertas.
Por supuesto, incluso si no hubieras ángeles cuidando las puertas, no significa que los que están en el tercer reino y en los lugares más bajos pueden ir a la Nueva Jerusalén cada vez que les plazca. Esto se debe a que la luz de gloria es significativamente diferente en la Nueva Jerusalén. Pero al tener a los ángeles resguardando las puertas de la ciudad, Dios muestra que el reino de los cielos funciona en perfecto orden. Queridos hermanos y hermanas en Cristo, les dije que la llave de la Nueva Jerusalén está oculta en la puerta de la ciudad. Pero esto no significa que una llave real está colgando en algún lugar de la puerta de la ciudad. Entonces, ¿Por qué digo que hay una llave, y cómo la podemos obtener? Apocalipsis 21:21 dice, “Las doce puertas eran doce perlas\; cada una de las puertas era una perla”. El material de las doce puertas de la Nueva Jerusalén es la perla. Y como se dijo antes, ‘cada una de las puertas era una puerta’, cada puerta está hecha de una sola perla. No se trata de que muchas perlas formen una puerta sino que una perla es una puerta.
En esta tierra no existe una perla tan grande, pero en el cielo sí, y su color es mucho más bello y lúcido que en la tierra. Cuando miramos de cerca la puerta de la Nueva Jerusalén, es una enorme puerta arqueada hecha con una sola perla. Se abre hacia ambos lados y tiene una manija hecha de oro puro adornada con joyas.
Algunos podrán pensar que sería mejor decorar las 12 puertas con diferentes joyas. Pero cuando Dios Padre hizo la puerta con solamente una perla, Él tenía un propósito espiritual muy importante. Escondió la tercera llave de la Nueva Jerusalén en esta puerta de perla. Es decir, que a través de la puerta, Él desea que reconozcamos cómo podemos llegar a la Nueva Jerusalén.
La perla está hecha de una forma muy diferente a las otras joyas. Todo el oro, la plata y las piedras preciosas que forman los cimientos, todo proviene de la tierra. Pero la perla, es hecha de forma única por algo que tiene vida. Permítanme explicarles brevemente cómo se forma una perla. La mayoría de las perlas son producidas por las ostras. Estímulos típicos incluyendo material orgánico, parásitos o incluso un daño físico provoca el desplazamiento de la capa del tejido a otra parte del cuerpo de la ostra. Pequeñas partículas u organismos entran a la ostra cuando las válvulas de la concha están abiertas para respirar o alimentarse. O, en ocasiones algunas substancias microscópicas extrañas y duras como un grano de arena entra a la ostra. Luego, se dice que la ostra siente un dolor fuerte, como si una aguja está perforando su carne. La carne de la ostra es muy suave, pero la sustancia extraña es muy dura y afilada y realmente atraviesa la carne.
Ahora el secreto del nácar de la ostra, el cual es la madre perla, cubre lo que está irritando. Este proceso de secreción se repite muchas veces, produciendo así una perla. En la actualidad la mayoría de las perlas son cultivadas a través de aplicar el principio de la producción de la perla. Introducen un estímulo dentro de la concha, el cual es un intruso para la ostra. Cuando la ostra cubre esta sustancia, la cobertura es el nácar. Entre más grueso sea este nácar, más intenso será el brillo de la perla.
Cuando vemos la superficie de la perla, aquellas que son de alta calidad reflejarán nuestros rostros con claridad como en un espejo. Si la capa de nácar se vuelve más gruesa, la perla también se volverá más grande y obviamente más costosa. Si nosotros queremos ir a la Nueva Jerusalén, tenemos que hacer por lo menos una perla espiritual. Tenemos que hacer una perla en nuestro corazón. ¿Qué significa esto? La ostra que produce la perla soporta con dolor y secreta el nácar para hacer la perla. De la misma forma, los hijos de Dios también tienen que soportar con dolor hasta que recuperen totalmente la imagen de Dios.
El hombre al principio fue creado a la imagen de Dios y tenía un corazón puro y sin mancha. Pero cuando el primer hombre Adán, cometió el pecado de desobediencia, el pecado llegó al mundo. Todos los descendientes de Adán han heredado el pecado original de él, y también cometen sus propios pecados. Al llegar el pecado al mundo y al mancharse las personas cada vez más con el pecado, perdieron la imagen de Dios. En el corazón del hombre fue sembrada la maldad y la falsedad, y sus corazón se ensuciaron, produciendo un olor desagradable. Y Dios Padre mostró Su gran amor incluso a estas personas que vivían con un corazón lleno de pecados en este mundo pecaminoso.
Él abrió el camino de la salvación a través de Su único Hijo Jesucristo. Todo aquel que cree en Jesucristo será limpiado de sus pecados a través de Su sangre. Y no solamente de los pecados pasados, sino también cuando vuelva a pecar, Dios lo perdonará si realmente se arrepiente en su corazón.
Pero arrepentirse repetidamente y pecar de nuevo una y otra vez es solamente cosa de niños. Aun cuando usted limpia a los niños, ellos se ensuciarán de nuevo mientras juegan. Pero la clase de hijos verdaderos que Dios Padre desea son aquellos hijos que están totalmente crecidos y maduros. Él desea a los que no se ensuciarán de nuevo después de haber sido lavados. Espiritualmente, esto quiere decir que no volverán a pecar, sino que agradarán a Dios Padre con una fe perfecta.
Y para tener esta clase de fe perfecta, primero tenemos que tener corazones verdaderos. Nosotros podemos tener corazones verdaderos, cuando removemos todos los pecados y la maldad de nuestro corazón y lo llenamos con bondad y amor. Entre más bondad y amor tengamos, más habremos recuperado la imagen de Dios.
Dios Padre permite las pruebas de refinamientos a Su hijos para que puedan cultivar la bondad y el amor. Les permite descubrir los pecados y la maldad en sus corazones a través de diversas situaciones. Cuando descubrimos nuestros pecados y nuestra maldad, sentiremos el dolor en nuestro corazón. Esto es similar a cuando un intruso afilado entra a la ostra y perfora su suave carne. Pero nosotros tenemos que reconocer el hecho que sentimos dolor cuando atravesamos por pruebas a causa de los pecados y la maldad en nuestro corazón. Sentimos dolor, no porque la situación sea difícil o porque alguien más nos está provocando dificultades, sino porque nuestra maldad nos provoca pasar por la dificultad.
Si realmente reconocemos este hecho, podemos entonces hacer una perla espiritual en nuestro corazón. Oraremos fervientemente para desechar los pecados y la maldad que hemos descubierto. Entonces, la gracia y la fortaleza de Dios vendrá sobre nosotros. Además, el Espíritu Santo nos ayudará. Como resultado, los pecados y la maldad que descubrimos será removida, y en su lugar, tendremos un corazón espiritual.
Por ejemplo, si desechamos el odio, el amor crecerá y lo reemplazará. Se dijo que la ostra cubre el objeto extraño con capas y capas de nácar agregando grosor con cada capa. De igual forma, cuando nosotros atravesamos las pruebas con fe, el nácar de nuestro corazón se volverá más grueso. Además, cuando nos esforzamos con amor y cumplimos con obras de fe para el reino de Dios y para otras almas. El “nácar” de nuestro corazón se volverá más grueso. Dios Padre es perfecto, y Él desea que también nosotros seamos perfectos. Es por eso que permite que atravesemos por pruebas de fe hasta que tengamos un corazón verdadero y una fe perfecta. Él sabe que sentimos dolor, pero no lo puede detener porque el honor que podemos obtener después de vencer la prueba será grande.
1 Pedro 1:7 dice, “Para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
La vida en la tierra incluyendo el tiempo de todas nuestras pruebas es solamente momentánea comparada a la vida eterna en el reino de los cielos. Así que, Dios Padre siempre nos anima a que venzamos las pruebas con fe, aun cuando sean muy difíciles. Por lo tanto, incluso si sentimos dolor cuando atravesamos las pruebas, debemos reconocer que esto también es el amor del Padre. Cuando las pruebas son duras, algunos creyentes dicen, “Padre, por favor quita esta prueba de mi, me conformaré con el paraíso o con el 1er reino de los cielos”. Desean rendirse porque sienten que la meta de llegar a la Nueva Jerusalén es demasiado difícil para ellos. Pero Dios Padre no se rinde con nadie. Él continúa guiándonos a mejores lugares de morada en el cielo, hasta la Nueva Jerusalén.
Nosotros debemos reconocer que las pruebas de fe son constantemente permitidas para nosotros dentro de este amor del Padre. Si llegamos al espíritu perfecto, reconoceremos cuan profundo es el amor de Dios al guiarnos, y estaremos verdaderamente agradecidos. Así que, aquellos creyentes que pasan por las puertas de perla y van a la Nueva Jerusalén continuarán derramando lágrimas de agradecimiento.
En la próxima sesión, les hablaré sobre lo conmovedor que será cuando alguien pase por las puertas de perla. Finalmente habremos llegado a la ciudad de la Nueva Jerusalén.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta sesión, les hablé sobre la puerta de perla, la cual es la tercera llave de la Nueva Jerusalén.
Mientras una ostra produce una perla, nosotros los creyentes también tenemos que producir perlas espirituales para llegar a la Nueva Jerusalén. Es decir, tenemos que cultivar corazones verdaderos y una fe perfecta, y tenemos que recuperar totalmente la imagen de Dios a través de las pruebas de fe. Dios Padre desea que lleguemos a la Nueva Jerusalén más de lo que nosotros lo deseamos. Aquellos que verdaderamente reconocen y creen de corazón en este amor de Dios Padre podrán producir la perla espiritual que necesitan. Ellos estarán agradecidos incluso del dolor desgarrador o incluso del dolor que penetra sus huesos, porque comprenderán muy bien que todo esto es el amor de Dios Padre por ellos.
Ahora, espero que ustedes todos den gracias con esta clase de corazón y que produzcan perlas preciosas en ustedes.
Yo oro en el nombre del Señor para que todos ustedes lleguen a la ciudad de la Nueva Jerusalén atravesando la puerta de perla llenos de agradecimiento.
[Amen] |
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