Muchas veces a nuestro alrededor miramos personas a las cuales se les malinterpreta cuando cuentan sus alegrías y tristezas, esto debido a sus palabras. También cuando decimos algo que no debemos, causamos conflicto y problemas en nuestra sociedad. Así como dice el verso: “una respuesta suave puede hacer que la ira se vaya”, así también una palabra puede herir o contentar el corazón de otra persona. Por eso no debemos dejar de hacer hincapié en la importancia de las palabras. Debemos recordar que una persona que no se equivoca cuando habla, seria una persona perfecta y debemos alegrar a otros con palabras buenas y hermosas.
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios 4:29)
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