Muchas veces la gente malentiende, juzga, y condena a otros sin razón debido a no pensar antes de hablar ni saber discernir lo que escuchan. Cuando hablemos o escuchemos lo que alguien dijo, debemos ser sabios para discernir. También no debemos escuchar solo la versión de una persona sino que también la de la otra para que nadie sea juzgado equivocadamente. Si antes de hablar estamos doblemente seguros de lo que vamos decir, cometeremos menos equivocaciones en nuestra vida. Por lo tanto, usted debe ser una persona llena de sabiduría que elije siempre las palabras adecuadas para, de este modo, evitar confusiones y discordias causadas por rumores.
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