A pesar de que hayamos recibido educación, también podemos aprender de personas que han sido menos preparadas que nosotros e incluso de personas analfabetas.
La experiencia ganada a través de los años muchas veces es más eficaz que las aceptadas teóricamente. Por ejemplo, si un niño esta tan enfermo que ni los doctores lo pueden curar, una madre con experiencia si lo podrá sanar con su cuidado y amor.
Es por eso que Dios nos instruye a ser siempre humildes y servir a otros. Porque hay personas que pueden hacer lo que nosotros no podemos y también nosotros podemos hacer cosas que otros no pueden.
Por lo tanto, mantengamos en mente, que una de las cosas más sabias que podemos hacer en nuestra vida es ser humilde.
“La soberbia del hombre le acarrea humillación, pero al humilde de espíritu lo sustenta la honra.” (Proverbios 29:23)
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