La mayoría de la gente solo le gusta ser halagada y no le gusta que le corrijan. Una persona que se deja corregir tendrá una vida llena de éxitos. Además, si dejamos que nos corrijan, seremos mucho más apreciados y honorables.
Por eso, cuando alguien reprende, primeramente debe analizar a la persona y luego reprenderla de la manera mas apropiada. También se debe incentivar valor y esperanza mostrando la solución de los problemas.
“Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.” (Proverbios 25:12)
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