Dios el Creador planificó cultivar y obtener hijos verdaderos con los que deseaba compartir amor verdadero, perdurable e inmutable, y desarrolló obras sorprendentes de creación para Su plan. A través de Adán, el primer hombre, quien fue creado como un ser viviente, podemos sentir la voluntad de Dios y Su profundo amor impregnado en Su creación del hombre.




"La providencia de la creación de Dios en los Cielos, Tierra y ser humano es el amor".

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y dijo Dios: "Sea la luz". Y hubo luz" (Génesis 1:1, 3).

Desde antes de los tiempos Dios existía en el universo original como la Voz que contenía la Luz (Juan 1:1; 1 Juan 1:5). Después de haber transcurrido un largo período de tiempo, Dios planificó cultivar a Sus hijos verdaderos que pudieran compartir amor eterno con Él, ya que Él estaba sólo en el universo. Lo primero que Dios hizo para llevar a cabo Su plan de la cultivación humana fue dividir el universo original en cuatro espacios. Después de eso, el Dios que era la Luz de todo el universo se condensó a Sí mismo en una figura, y se formó a Sí mismo en la Trinidad: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu.

Los cuatro espacios se dividen así: el primer espacio es para morada de Dios la Trinidad, el segundo es para morada de los hijos salvos de Dios, el tercer espacio es necesario para la cultivación humana, y el cuarto espacio es para la creación de Dios y la cultivación de los hombres. Dios creó los Cielos y la Tierra, y formó al primer hombre con el polvo de la tierra.

"Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:26-27).

¿Pueden imaginarse con cuánta belleza y amor habrá visto el primer hombre a Dios al haber sido creado a Su imagen y semejanza? Dios bendijo al primer hombre para que viviera como el mayordomo de todas las criaturas.

"Adán, un ser viviente, se encontraba en estado óptimo en el que el aliento de vida de Dios controla el cuerpo"

"Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente. Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado" (Génesis 2:7-8).

Mientras Dios el Creador formaba al primer hombre con el polvo de la tierra con Su luz original en Su mano, su forma de hombre se iba completando. Mientras Dios formaba la cabeza del hombre, al igual que sus brazos, estos llegaron a ser una cabeza y unos brazos completos de un cuerpo humano. ¡Cuán asombroso, y a la vez misterioso, es esto! Cuando Dios sopló Su aliento de vida en la nariz del hombre, su corazón empezó a latir, la sangre comenzó a circular y todas las células y tejidos empezaron a funcionar. Su cerebro empezó a trabajar, sus ojos y oidos pudieron ver y escuchar respectivamente, y sus manos y pies se movían.

El capítulo 37 del libro de Ezequiel presenta la visión de la obra del aliento de vida. Este habla del mismo principio del reino espiritual, aunque es sólo una visión. Cuando la palabra de Dios se proclamó, los huesos se juntaron, cada hueso con otro hueso correspondiente, los nervios estaban sobre ellos, la carne comenzó a nacer y la piel empezó a cubrirla. Cuando el aliento descendió sobre ellos, llegaron a tener vida y se pusieron de pie. En el capítulo 11 del libro de Apocalipsis se habla del martirio y resurrección de los Dos Testigos. Cuando estos sean martirizados durante los 7 años de la Gran Tribulación, estos serán levantados nuevamente mediante la obra del aliento de vida que entrará en ellos.

El aliento de vida es la fuente de las obras de vida. Cuando Dios sopló Su aliento de vida en la nariz del primer hombre, este aliento entró en el núcleo de la célula que es el punto central de la vida en el cuerpo de Adán, y él empezó a moverse y llegó a ser un ser viviente. Adán, como un espíritu viviente, fue llevado al Huerto del Edén que pertenece al reino espiritual y ahí vivió. El aliento de vida fue trasmitido a sus hijos, y a los hijos de los hijos.

En el Huerto del Edén, cuando los hijos de Adán son concebidos y crecen, ellos son influenciados por el aliento de vida. Todos los núcleos de las células para todas las partes del cuerpo son controladas por el aliento de vida, de modo que todos los hombres en el Huerto del Edén tienen piel muy blanca, su cabello es dorado, y sus cuerpos son perfectos e intachables de pies a cabeza.

Los hombres del Huerto del Edén crecen hasta que pasan la edad de un hombre joven, y después de eso dejan de crecer. Desde ese momento sus cuerpos no envejecen y mantienen la misma condición. Esto es así porque el aliento de vida gobierna sobre el núcleo de la célula que originalmente controla todo el cuerpo.

"El aliento de vida fue quitado y sólo quedó el rastro de la semilla de vida"

"Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás" (Génesis 2:15-17).

En el Huerto del Edén Adán y Eva habían sido fructíferos y se habían multiplicado por un largo período de tiempo. Pero ellos no guardaron la ordenanza de Dios en sus corazones, y terminaron comiendo del árbol del conocimiento del bien y del mal por su libre albedrío. Dios entonces quitó de ellos la mayor parte del aliento de vida y dejó un rastro semejante a una semilla pequeña: esta es la semilla de vida.

Cuando Dios quitó el aliento de vida de Adán, éste murió de acuerdo a la promesa que dice: "Ciertamente morirás". Él fue expulsado del Huerto del Edén y tuvo que vivir en esta tierra, una parte del mundo físico. Con el paso del tiempo su cuerpo envejeció y finalmente murió y fue enterrado en una tumba. Ya que él tenía la semilla de vida dentro de sí, extrañaba el Huerto del Edén y se arrepintió por completo de su desobediencia y entonces pudo entrar al Reino de los Cielos.

¿Cómo pueden entrar al Reino de los Cielos los descendientes de Adán pecador? En el sexto mes de concepción, el Dios de amor envía al feto el espíritu que contiene la semilla de vida y la planta en el núcleo de la célula que es el punto central de la vida en el corazón de su cuerpo. Esto significa que Dios planta una parte de la luz original que cubre el poder de Dios en el núcleo de la célula que es el punto central en el corazón de todo feto. Esta es la razón por la que el hombre, a diferencia de los animales, puede sentir incluso vagamente la existencia de era por venir.

Es justamente lo que está escrito en Eclesiastés 3:11 que dice: "El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones", y esta es la obra del aliento de vida.

El misterioso orden de un cuerpo humano establecido por Dios

Dios coloca algo semejante a un "mapa" que contiene toda la información genética de un hombre en el núcleo de sus células. A esto se denomina ADN. El ADN es semejante a una cadena o cinta retorcida, y el filamento central en espiral que constituye el centro de la cadena de cromosomas, cromátidas, se denomina "cromonema". Una pieza de ADN en espiral que contiene muchos genes se denomina "cromosoma".

Dentro de una célula de un hombre hay 23 pares de estos cromosomas. En estos 46 cromosomas se encuentra toda la información genética de un hombre. Su apariencia física, alto, constitución física, color de piel, etc.; todo tipo de información acerca de organismos y sus funciones se encuentra aquí. Dios sabe dónde y en qué cromosoma se encuentra almacenada cierta información.

Para ayudarle a entender mejor permítame presentarle un ejemplo. Digamos que existe cierta fábrica que está totalmente automatizada. La 1ª línea de producción hace motores de automóviles, la 2ª hace carrocerías, la 3ª hace volantes. Además de estas hay otras líneas que producen otras partes. Todas estas líneas de producción se unen, y al final de la última línea se produce un nuevo automóvil. Cuando las personas encienden el interruptor de la línea de producción se producen todas las partes del auto a la vez, y al final estas forman el ensamblaje del automóvil.

El ADN dentro del núcleo de una célula es muy similar a las líneas automatizadas de producción. Cuando la piel se lastima, las células a su alrededor empiezan a trabajar de modo que se detenga el sangrado, y que empiece el nacimiento de nueva piel.

Existe cierto grado de poder de sanidad en el cuerpo de un hombre. Pero este poder tiene un límite. Es por eso que incluso una herida pequeña se sanará con el transcurso de un corto lapso de tiempo. Una herida grande puede dejar una cicatriz, lo cual significa que no se recuperó hasta llegar a su estado normal.

Por otro lado, por el poder de Dios se puede dar una recuperación que trasciende el límite humano. Por ejemplo, en el caso de una quemadura de 3º grado, jamás se recupera la piel a su estado original con métodos humanos. No obstante, puede recuperarse por completo a su estado normal con métodos espirituales. Es decir, Dios puede crear nuevamente la parte lastimada debido a la quemadura.