Diaconisa Eunjung Ham (35 años de edad, Zona 3-32 en Corea del Sur)

El 19 de mayo de 2014, mi hijo Seongkyul, llegó con su mano derecha inflamada. Pensé que simplemente se había lesionado porque él podía mover los dedos, así que hice que recibiera la oración del Dr. Jaerock Lee por los enfermos, grabada en el Sistema de Respuestas Automáticas.

Su dolor desapareció y la inflamación disminuyó con el paso del tiempo. Así que ya no me preocupé de mi hijo, y él no sufrió mucho porque es zurdo.

Sin embargo, mi esposo, el Diácono Minwoo Ko que es terapeuta físico, sugirió que le hiciéramos una radiografía debido a que su pulgar no se veía normal. El 31 de mayo fuimos a un hospital ortopédico. El doctor nos dijo que el pulgar de nuestro hijo se había fracturado y que el cartílago de crecimiento estaba fisurado. Él le colocó un yeso en su pulgar y nos recomendó ir a otro hospital más grande.

El 3 de junio fuimos a un hospital especializado en la columna vertebral y las articulaciones. La radiografía reveló que el hueso metacarpiano del pulgar y el cartílago de crecimiento se había fracturado como se pensaba. El médico dijo que las lesiones en la primera o segunda falange del pulgar son comunes, y que era la primera vez que veía a un niño que se fracturara el hueso metacarpiano del pulgar, excepto por el caso de un adulto en el pasado.

Agregó que la inserción de una clavija podría ser necesaria en el pulgar roto y nos recomendó ir a un hospital universitario con sus opiniones por escrito. La Pastora Miyoung Lee, de la Zona principal, nos dijo que era una buena oportunidad para que nosotros examináramos nuestras vidas cristianas pasadas. Tal como ella nos dijo, ayunamos y nos arrepentimos sintiendo el amor de Dios. Me arrepentí por haber cumplido con mi deber como líder de la célula sin alegría, mi marido se arrepintió de no haber educado a Seongkyul en la verdad y Seongkyul se arrepintió de no haber adorado en espíritu y en verdad, y de pelear con sus amigos.

El 5 de junio mi hijo y yo recibimos la oración del Dr. Lee por los enfermos en el Servicio de Respuesta Automática, y fuimos a un hospital ortopédico para niños en un hospital universitario. Debido a que conozco que Dios siempre quiere darnos buenas cosas, sentí paz en mi corazón y luego tuve la certeza de su sanidad. Tal como creí, la radiografía mostró que las partes fracturadas se habían unido bien y no se encontró ninguna anormalidad en su cartílago de crecimiento. Es increíble que le tomó solo menos de dos días para llegar a la normalidad. ¡Aleluya!

Al siguiente día, antes de la Vigilia entera del viernes, mi hijo recibió la oración del Dr. Lee en persona. Entonces, pudo mover su dedo pulgar con libertad como si no hubiera tenido ningún daño. Este incidente sirvió como una oportunidad para que nuestra familia experimentara el amor de Dios e incrementara nuestra fe.
¡Damos todas las gracias y gloria a Dios!