Anciano Jongtae Choi (59 años). Zona 8 (Corea del Sur)

En frente de su negocio «Tailored Homme» con la Diaconisa mayor Hyesoon Cheong, su esposa, y el Diácono Kangeun Choi, su hijo.

En el año 1985, me casé y comencé un negocio de ropa. Sin embargo, yo no iba a mi negocio y disfrutaba mucho ir a bailar. Yo iba a las discotecas cada noche a las 9 pm. Incluso iba a las discotecas que se encontraban en otras zonas y disfrutaba mucho bailar. Finalmente mi negocio dio en quiebra.

En julio de 1987, dejé que mi esposa e hijo fueran a la Iglesia Central Manmin ya que pensaba que una iglesia era un buen lugar, aunque yo no tenía fe. Mi esposa llevó su vida cristiana diligentemente, en cambio, yo solo asistía al Servicio Dominical Matutino, luego iba a disfrutar en el hipódromo y en los salones de villar y regresaba a mi casa a la medianoche.

Constantemente discutía con mi esposa. Con muchas iras arrojaba el teléfono, o cuando no quería abrir la puerta rompía la ventana y entraba. Mientras tanto, mi esposa ofreció un momento especial de oración y ayuno durante quince días. Entonces cambió por completo. Cuando yo empezaba una discusión, cuando llegaba a casa tarde en la noche y cuando ocurrían conflictos, ella no discutía. Era algo asombroso, pero mi vida seguía igual.

En septiembre de 1989, comencé a tomar medicina oriental durante unos cuatro meses debido a la gastritis neurológica, pero no hubo ninguna mejoría. Sentí algo como una piedra grande, como una pelota de ping-pong, en medio de mi estómago. En ocasiones me desmayaba debido al fuerte dolor de estómago. Sin embargo, fui sanado de ello luego de recibir la oración del Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee. Incluso pude dejar de beber alcohol y fumar.

Este fue el inicio de mi vida cristiana. Me despojé de álbumes de trot (un género de la música pop coreana) los cuales disfrutaba mucho, y comencé a escuchar sermones y alabanzas en mi automóvil. Compartí diligentemente el evangelio y les predicaba el evangelio a las personas. Mi familia vio que estaba siendo renovado y que había dejado el alcohol y de fumar luego de creer en Dios. Cuando mi padre me vio (a su primer hijo) renovado y la paz en mi familia, me permitió reemplazar los ritos ancestrales con un servicio conmemorativo.

En agosto de 1999, el Retiro de Verano de la Misión de Hombres y la de Mujeres, se llevó a cabo en el Centro de Entrenamiento Chungwoon en la provincia de Gyeonggi. En el segundo día, llegamos al campo de juego para tener nuestro Día de Deporte. No había ninguna nube ni tampoco viento, sino un sol abrasador esperándonos.

No obstante, cuando el Pastor Principal llegó y oró por el evento y el clima, de repente llegaron las nubes de todas las direcciones y cubrieron el sol, y pudimos disfrutar del Día de Deportes bajo un clima mucho más refrescante. Esta fue una buena oportunidad para que yo pudiera tener fe, y desde ese entonces he trabajado para el reino de Dios.

Fui ordenado Anciano en el año 2000, y fui elegido como Presidente de la Asociación de los hombres de negocios y la Asociación del Ministerio del Ejército. Desde el año 2005, he trabajado como Presidente de la Asociación de Líderes Hombres de Distrito por ocho años. Yo pensé que estaba haciendo todo bien.

En junio de 2011, durante el servicio de la Vigilia entera del viernes, el Pastor Principal dijo: «Hay alguien quien aún no ha desechado el mal temperamento entre los presidentes de distrito, subdistrito y Asociaciones de Líderes de Célula». Gracia a Dios sabía que era yo, por esta razón me arrepentí totalmente delante de Dios. Al día siguiente, domingo en la mañana, me acerqué al Pastor Principal y me arrepentí. También me arrepentí con lágrimas delante de los líderes de distrito y me arrodillé delante de la Diaconisa mayor Hyesoon Cheon, mi esposa, y me arrepentí.

En la Reunión de oración de Daniel, me di cuenta que había muchas personas que pasaron por momentos difíciles por mi culpa. Me arrepentí por haber insistido en mis propias opiniones, arrogancia y criterios personales y por ofenderme cuando las personas no me escuchaban. También ofrecí oraciones especiales y ayuné una comida al día durante tres días. Oré con lágrimas... Mientras tanto, Dios me dio abundante gracia y me bendijo para sentir Su inmenso amor.

Finalmente, en abril de 2014, alcancé nuevamente el hermoso corazón del espíritu. Como la cabeza del hogar fue renovada, todos los miembros de mi familia se sintieron felices. También he recibido muchas bendiciones en mi sastrería «Tailored Homme». Doy todas las gracias y gloria a Dios quien me ha permitido a mí, quien no era nadie, tener esperanza por la Nueva Jerusalén y disfrutar de grandes bendiciones tanto en el espíritu como en el cuerpo.