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| Noticias Manmin No. 203 |
| HIT |
5877 |
| DATE |
2015-12-27 |
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«¡Sufría de parálisis de la mitad de mi cuerpo causado por apoplejía, y Dios me sanó!»
Diácono Baekho Choi (61 años, Zona 14) y su esposa la Diaconisa mayor Hyekyung Park
En la mañana del 11 de febrero de 2015, sentí dolor en mis extremidades y dolor de cabeza. Cuando me senté para comer mi almuerzo, no podía sostener la cuchara con mi mano. Al hacer una cita para realizarme un tratamiento, mi cuerpo comenzó a paralizarse. Tuve que entrar en el consultorio del médico, en una silla de ruedas.
El médico dijo que era un infarto cerebral, un accidente cerebrovascular, y me envió a la unidad de cuidados intensivos. Los síntomas fueron empeorando, y el lado derecho de mi cuerpo quedó completamente paralizado. No podía mover ni siquiera uno de mis dedos. No podía sentarme o pararme por mi propia cuenta.
Trabajé para Telecomunicaciones Corea durante 33 años. Yo quería ayudar un poco cuando la iglesia construyera el nuevo santuario. Así, adquirí siete calificaciones profesionales relacionadas con la comunicación y la radiodifusión. Durante los últimos dos años había estudiado para obtener un título de Ingeniero Profesional de Comunicación de la Información, el título de mayor prestigio en este campo.
Mientras tanto, esto me sucedió. Reflexioné sobre la razón de ello. Yo era alguien arrogante por poseer tantos certificados en este campo. Al principio empecé por el reino de Dios, pero el motivo cambio por mi avaricia y mi mente jactanciosa. Dejé de orar y dejé de guardar el día del Señor como día santo. Me enfoqué primeramente en estudiar para obtener mis certificados.
Al darme cuenta de mi necedad, las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro. Mientras tanto, tuve la oportunidad de escuchar los mensajes del Dr. Jaerock Lee. Al escuchar sus mensajes básicos y fundamentales, reflexioné acerca de mi corazón por medio de la Palabra. Yo no había amado a mi familia y otras personas a mi alrededor. Me arrepentí y recibí la oración del Dr. Lee por los enfermos después de los mensajes.
Entonces los síntomas que tenía comenzaron a mejorar. Luego de un mes pude caminar de manera muy lenta. ¡Dos semanas después me dieron el alta del hospital y me fui a casa a pie! Me recuperé tan rápido que mi médico dijo que iba a reportar mi caso en la conferencia médica. No obstante, caminaba cojeando porque mi cuerpo había estado paralizado totalmente. Además tenía dificultades para subir las escaleras.
Confié en Dios para ser completamente sanado. Un mes antes del Retiro de Verano Manmin 2015, comencé a escuchar los sermones: El mensaje de la cruz, el capítulo del amor, los nueve frutos del Espíritu Santo, las Bienaventuranzas, la medida de fe, Cielo e Infierno. Pude darme cuenta de varias cosas y me arrepentí por completo.
Yo no sabía cómo expresar el amor a mi familia porque yo no había recibido un amor cálido de mis padres durante mi crecimiento. Yo siempre insistía en mis propias maneras y estallaba de ira cuando las cosas no salían como yo quería. Yo había tenido muchas malas acciones. Derramé lágrimas de arrepentimiento.
Finalmente el Retiro de Verano Manmin comenzó el 3 de agosto de 2015. El Pastor Principal oró por los enfermos luego de predicar el mensaje. De repente comencé a sentir más fuerza en mi brazo y pierna derecha. La fortaleza que vino de lo alto fue tan fuerte que mi cuerpo tembló. Lleno de emoción, salté de la silla y caminé hacia la plataforma. Estaba caminando de manera enérgica como una persona normal sin cojear.
Al siguiente día pude subir las escaleras. Después, Dios me hizo sentir como si me estuviera estirando y me dio fuerzas. Me hizo una persona más saludable. ¡Aleluya!
Desde que experimenté el amor y poder de Dios, mi vida de creyente se ha recuperado. Estoy llevando una vida llena de agradecimiento que nunca antes había sentido. Así como la vida del rey Ezequías fue extendida cuando él confió en Dios, yo también recibí una segunda vida de parte de Dios.
Doy todas las gracias y gloria a Dios quien me renovó con la voz original por medio de la obra de recreación y me ha dirigido a la Nueva Jerusalén, la mejor morada en el cielo.
Antes de la oración: infarto en el puente troncoencefálico izquierdo
Después de la oración: estable
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