Diácono Kwanhong Park (49 años), Zona 32, Iglesia Central Manmin

En el 2010, yo estaba sirviendo en una organización misionera cristiana que trasciende las denominaciones y también en una iglesia como pastor. Cierto día, mi esposa, la Diaconisa Sungwon Chun, me dio una carpeta con varios sermones impresos para mí.

Ella había estudiado el libro de Apocalipsis y tenía preguntas sobre los doce cimientos de piedra. Ella buscó la información en línea y encontró el estudio de Apocalipsis del Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee. Su pregunta fue contestada a través del estudio, y ella empezó a escuchar sus otros sermones. Ella incluso imprimió y reunió los textos de los sermones y los estudió. Lo que ella me dio fue su carpeta.

Yo leí los textos de los sermones, como son el estudio de Génesis, el estudio de Apocalipsis, las conferencias sobre Juan, y la Medida de la fe. Las preguntas que yo había tenido acerca del huerto del Edén y los OVNI, también fueron respondidas. Yo estaba impresionado con la explicación sobre las diferentes medidas de fe que tiene cada persona, basada en Romanos 12:3. El hecho de que vamos a diferentes moradas celestiales de acuerdo con la medida de la fe y la descripción detallada sobre el cielo y el infierno me sorprendieron y conmovieron mi corazón profundamente.

Parecía que yo llevaba una vida piadosa, pero yo estaba angustiado debido a problemas de pecado. Yo simplemente seguía arrepintiéndome, y mi corazón no había sido circuncidado, a pesar del mucho conocimiento sobre la Palabra. Sin embargo, el Dr. Lee dijo que podemos desechar incluso aquella naturaleza pecaminosa. Esto me impresionó mucho y me dio gran esperanza. La gente finge vivir una vida piadosa que enmascara sus males, e intentan estar limpios en lo externo. Pero yo sentí que él es muy sincero y honesto y que no oculta nada.

Dos años más tarde, mi esposa incluso tuvo un sueño en el cual el Dr. Lee apareció y solucionó su problema. Ella dijo que había logrado comprender el significado de Mateo 7:21, que dice: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos». Ella sugirió que fuéramos a la Iglesia Central Manmin en ese instante.

Me preocupaba ir porque mi ministerio estaba estable en ese momento. Mientras oraba al respecto, sentí paz y escuché la palabra del Espíritu Santo que me decía que fuera, que todo estaría bien. Dejé todo de lado y me registré en Manmin como un misionero laico junto con mi esposa, en enero del 2013.

Cuando vi personalmente a los miembros de la iglesia, su fe era realmente grande. Oraban todas las noches y se esforzaban al máximo para vivir por la Palabra de Dios. Su fe era más ferviente que la de cualquier pastor en otras iglesias.

Pensé que incluso mi fe no había alcanzado el nivel de los miembros laicos, aunque yo había enseñado la Palabra de Dios a los creyentes. Entonces decidí tener un corazón humilde, como alguien que comienza la vida de fe, y traté de obedecer la Palabra de Dios. En el 2014, ingresé en el Coro Shalom junto con mi esposa.

Desde que me convertí en un miembro de Manmin, pacífica alegría me ha sido dada por el Espíritu Santo y mi corazón está en plenitud. Mi enojo a menudo se encendía debido a mi arrogancia y soberbia, pero ahora esto ha disminuido. Mi esposa también se ha vuelto más agradable. Yo no estaba seguro de si podía despojarme de mi pecado, aunque 1 Pedro 1:16 claramente dice: «Seréis santos, porque yo soy santo» y en 2 Pedro 1:4, leemos: «Para que [...] llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina». Pero oré incesantemente en la dependencia del Espíritu Santo aferrándome a la Palabra de vida, y mi corazón comenzó a ser renovado.

En noviembre del 2016, incluso experimenté la protección especial de Dios. Mientras yo conducía en la autopista, el vehículo junto al mío chocó contra un hierro en forma de L y estaba a punto de golpear mi parabrisas. Pero yo estuve a salvo.

Dios me guio a la Iglesia Central Manmin y yo creo que puedo alcanzar el corazón de nuestro Señor por medio de la Palabra de vida. Le doy todas las gracias y la gloria a Dios.