Hna. Heejung Oh (44, Zona 31)

En el año 2008, tuve un derrame cerebral luego de haber dado a luz a mi 3er hijo. Tenía escalofríos y dolor intenso en todo el cuerpo. En el verano del 2010, tuve a mi 4to hijo y no pude recuperarme bien del parto. Los síntomas se fueron agravando. Sentía frío incluso en verano y en invierno era peor.
Como me sentía muy débil, apenas regresaba del trabajo me iba inmediatamente a descansar a la cama. Y como todo eso me estresaba, comenzaba a comer de ansiedad y sólo dormía. Por eso, engordé bastante. En el año 2012, cuando comencé a asistir a la iglesia, los síntomas fueron disminuyendo. Sin embargo, no estaba totalmente sana.
Y en el 2017, tuve el deseo de crecer y progresar en mi vida de fe. Felizmente, pude asistir a los servicios especiales de sanidad que se efectuaron en el Centro de Oración Manmin.
La Directora del Centro de Oración, la Sra. Lee me aconsejó hacer un voto para orar por 7 semanas por mi sanidad en la Reunión de Oración de Daniel. No obstante, no pude cumplir con esa promesa.
Engordé 5 kilos más y terminé pesando 75 kilos con una estatura de 1 metro y 58 centímetros. Más aun, en la primavera del 2018, tuve un problema en el trabajo. Yo soy profesora de niños con necesidades especiales y cometí una equivocación.
En el proceso de explicar lo que había sucedido, hubo un mal entendido y ya no pude ir a trabajar. Me sentí sobrecogida por el incidente y ese fue el inicio de mi depresión.
Me sentía víctima de las circunstancias y avergonzada debido a que no entendía por qué se me había malinterpretado de esa manera. Estaba muy nerviosa y no podía dormir. Los examene médicos detectaron una fuerte depresión y un trastorno de estrés agudo. Sólo entonces empecé a buscar a Dios.
Volví otra vez a asistir a las reuniones en el Centro de Oración Manmin y me di cuenta que tenía un criterio propio de justicia, que era arrogante y que no comprendía a los demás.
Recordé todas mis equivocaciones del pasado y me arrepentí con lágrimas y llanto. Esta vez si cumplí con el pacto de orar por 7 semanas en las reuniones diarias de la Oración de Daniel.
En la medida en la que recobraba mi vida espiritual, superé toda fatiga. También tuve la fuerza suficiente para controlar mi apetito. Asistía a la oración en las mañanas y en las tardes en el Centro de Oración y asimismo en las noches a las reuniones de Oración de Daniel.
Ya no dormía tanto como antes. Pero descansaba bien. Bajé 17 kilos en 8 meses asistiendo a la oración en el Centro de Oración.
En el invierno del 2018, no sentí nada de frío. Por la Palabra de Dios y la oración había sanado de la depresión y del desorden alimenticio producto del estrés y pude reintegrarme al trabajo. Ahora estoy viviendo una vida feliz. ¡Aleluya!
Doy gracias y la gloria a Dios que ha hecho que todas las cosas obren para bien conmigo e incluso ha hecho prosperar mi alma. Doy gracias al Señor por haberme salvado. También quiero agradecer a mi Pastor Principal por haberme guiado con la palabra de vida por la senda de la bendición.