Las obras de poder que toman lugar trascendiendo tiempo y espacio junto al Evangelio de Santificación están cambiando las vidas de muchas personas. Conozcamos a jóvenes de Manmin que están trabajando fielmente para el Reino de Dios luego de haber experimentado las obras del Espíritu Santo.

Ted Sim (Nueva York, EE.UU. - 21 años)

A pesar de que escuchaba la Palabra de Dios e intentaba cambiar mi vida no podía desechar las cosas que me atraían e incluso tenía pensamientos mundanos en mi mente mientras confesaba y decía "Te amo mi Señor", hasta que un día me di cuenta de que el amor de Dios y los placeres de este mundo no caminan de la mano.

El 23 de Noviembre de 2008 estaba cruzando el Puente Whitestone mientras iba de camino a la iglesia con mi madre, cuando de pronto el automóvil que viajaba delante de nosotros cambió de carril y lo único que vi fue que un auto se venía contra mí, y aunque pisé rápidamente el freno ya fue demasiado tarde.
Al poco tiempo desperté y vi que mi auto estaba muy dañado; el parabrisas, el motor y los neumáticos estaban destrozados, y el capó había caído a un lado del auto. La policía y la ambulancia ya habían llegado, a los heridos ya los estaban transportando al hospital, pero mi madre y yo nos sentíamos completamente bien aun después del accidente.

El carro dañado

Mi padre, quien es un pastor de la Iglesia Manmin Internacional de Nueva York, había experimentado muchos cambios en su ministerio desde que conoció al Dr. Jaerock Lee. Yo por mi parte era un estudiante de la Universidad Estatal de Maryland quien, debido al gusto por los diferentes géneros de música, tiene muchos amigos con los mismos gustos musicales.
Uno de los mayores anhelos de mis padres ha sido que yo ame a Dios por sobre todas las cosas, pero yo no vivía a la altura de sus expectativas. Cada semana viajaba a Nueva York para asistir al servicio dominical y luego regresaba a Maryland, pero el viaje de 5 horas de regreso a la residencia estudiantil me agotaba mucho.
Yo obtenía buenas calificaciones en mis estudios pero también me gustaba disfrutar de mi juventud, ya que pensaba que en eso consistía el gozo de la vida. Mis padres me llamaban cada sábado en la noche para decirme que asistiera al servicio de la Iglesia Central Manmin a través del internet, lo cual me disgustaba porque a mí me agradaba salir con mis amigos el fin de semana, y guardaba el Día del Señor e iba a la iglesia del campus universitario solamente por cumplir con los requisitos.
Cierto día en el año 2008 mi padre me sugirió que dejara la universidad por un tiempo y yo me sentí desesperanzado al escucharlo. Luego se me obligó regresar a Nueva York y asistir a las Reuniones de Oración de Daniel y al Servicio de los miércoles, al Estudio Bíblico e incluso a acompañar a mi padre a visitar a miembros de la iglesia. Cada sábado en la noche asistía a los servicios dominicales de Manmin de Corea transmitidos por internet mientras me preguntaba qué tipo de vida era esta, yo tenía tantas cosas divertidas para hacer en lugar de esto, como charlar a través de Messenger o hablar por teléfono, mi vida parecía tan miserable porque no podía disfrutar de ella al igual que mis amigos.
Sin embargo un cambio repentino en mi vida se acercaba ya que mientras escuchaba los mensajes acerca del Cielo, comprendí que quizás no iba a lograr entrar en el Cielo si continuaba viviendo como lo estaba haciendo. Sentí temor y me arrepentí ante Dios.
Mi padre me recomendó que asistiera a las Reuniones del Pañuelo conducidas por el Dr. Vitaliy Fishberg. Yo lo hice y además dirigí las alabanzas tocando mi guitarra. También experimenté cosas extraordinarias; al salir de la iglesia luego de la Reunión de Oración de Daniel vi un arcoíris que se había formado alrededor de la luna el cual fue observado también por otros miembros de la iglesia que estaban en lugares diferentes. La obra de Dios fue para mí aun más emocionante y sorprendente cuando escuché que el arcoíris también se había formado en Seúl.
Yo me arrepentí durante una de las Reuniones del Pañuelo que se llevan a cabo el último domingo de cada mes y derramé lágrimas cuando los pastores oraron por mí. Yo exclamé: "Dios, me arrepiento por haber amado demasiado las cosas del mundo, por desobedecer a mis padres, y por no ofrecerte alabanza en espíritu y en verdad".
Mi alabanza y adoración cambiaron desde ese entonces aunque seguía practicando hábitos del pasado que consideraba que no eran malos, pero luego del accidente yo me arrepentí nuevamente luego de examinar mi ser.
Hace 3 años mi padre visitó la Iglesia Central Manmin en Corea donde se realizó la ceremonia de su dedicación como misionero. Ese día el Dr. Jaerock Lee oró sobre una fotografía de mi persona y fui sanado de dermatitis atrófica de la que había padecido durante 18 años, así que Dios me había demostrado su amor una vez al rescatar mi vida en este grave accidente.

¡Doy toda la gloria y gracias a Dios!