Diaconisa Soonhee Son (centro) y su familia (Zona 2-19)


Cierto día en diciembre de 2011, de repente comencé a sentir una sensación de asfixia y los síntomas continuaron. A veces sentía dolor en el plexo celíaco. Los exámenes médicos demostraron que tenía esofagitis por reflujo. Comencé a tomar alimentos líquidos y medicamentos, pero no funcionaban. No podía alimentarme adecuadamente, así que día tras día perdía peso. En agosto de 2012 me enteré que había perdido 10 kg (alrededor de 22 lbs) y me volví letárgica. Cuando comencé a perder el apetito, el temor se apoderó de mí.

¿Moriré de este modo? – pensé. Yo asistía a la iglesia, pero no consideraba que vivía según la Palabra de Dios. Así que no podía librarme de mi ansiedad. Posteriormente empezaron a surgir en mí pensamientos negativos.

Incluso me sentí sola e infeliz en mi matrimonio porque mi esposo estaba siempre lejos por causa de su trabajo. Así que consideré el divorcio. Los pensamientos negativos me abrumaban continuamente cuando estaba sola; un pensamiento negativo seguía a otro y me sentía tan nerviosa que mi cuerpo no dejaba de temblar.

Mi esposo notó mi condición inusual y se sorprendió mucho así que, cada mañana dejaba todo de lado y me llevaba hasta la reunión del Centro de Oración Manmin. Ahí yo escuchaba el mensaje y me arrepentía. “Dios, no he llevado una vida cristiana apropiada. Perdóname la vida, por favor. No puedo seguir de esta manera y dejar a mi hijo. Deseo glorificarte al recibir sanidad”.

No obstante, la respuesta no vino enseguida. A principios de septiembre de 2012 se me diagnosticó una fuerte depresión acompañada con un trastorno de ansiedad. Entonces comencé a reflexionar en mi vida por completo y me di cuenta de que mi pasada vida cristiana estaba mal.

Yo aborrecía a la gente a mi alrededor, calumniaba, juzgaba y condenaba a los demás, no adoraba en espíritu y en verdad y faltaba a las reuniones de oración para ver los programas televisivos. Estas cosas pasaron con rapidez por mi mente, así que me arrepentí por completo durante una semana entera, con lágrimas y sinceridad de corazón.

Luego el Pastor Principal Dr. Jaerock Lee regresó de su tiempo en la casa de oración en la montaña, y recibí su oración tres veces en total. El 21 de septiembre, antes de la Vigilia entera del viernes, recibí su oración por los enfermos en el altar junto a muchos miembros. Después de la oración fui liberada del trastorno de ansiedad hasta cierto punto y logré comer mejor que antes.

El 28 de septiembre el Dr. Lee me dijo: “¡No debes ver, escuchar ni hablar las cosas que no debes ver, escuchar ni hablar!”, y oró por mí por segunda vez. Grabé sus palabras en mi corazón una vez más y luego el temor y la ansiedad desaparecieron por completo. El 7 de octubre recibí su oración por tercera vez; la paz y el gozo descendieron sobre mí desde lo alto. ¡Eso me animó mucho! ¡Aleluya!

También fui sanada de la esofagitis por reflujo y empecé a ganar peso. Adicionalmente fui sanada de polaquiuria, hernia de disco lumbar, flema, dolor menstrual y dolor de cabeza. Además, yo tenía los ojos inyectados en sangre cuando estaba cansada o cuando comía pollo, pero ese síntoma también desapareció. Lo mejor es que mi esposo regresó a la iglesia tras un espacio de once años.

Ahora tengo una manera de pensar positiva y pensamientos de bondad, así que estoy muy feliz. Con este corazón agradecido yo reparto Noticias Manmin de manera diligente. Doy todas las gracias y gloria a Dios quien renovó mi vida y me respondió.