Diaconisa menor Radaban Bichitbut
(Iglesia Manmin para sordos en Phuket, Tailandia)


Yo nací siendo sorda. Desde que tuve 9 años de edad me comenzaron a atraer personas del mismo sexo. Le daba regalos a mi amiga a quien me gustaba impresionar vistiéndome con ropa de varón y actuando como un chico.

Un día visité a mi amiga Jiparet, quien solía ser anteriormente una lesbiana, para ir a un club nocturno. Pero ahora ella era diferente de lo que era antes. Se había convertido en una diaconisa y llevaba una vida cristiana diligente. Incluso ella me presentó la Iglesia Central Manmin en Seúl, Corea.

En diciembre de 2010, visite la Iglesia Manmin para sordos en Phuket, Tailandia. Los miembros estaban ofreciendo el servicio de adoración de la Iglesia Central Manmin a través de Nefsis que es un sistema de video conferencia para varios participantes.

El Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee se encontraba predicando; se lo veía como alguien lleno de amor. Él no quería que ningún alma se perdiera en el Infierno y deseaba guiar a los 7 billones de personas en todo el mundo al Cielo. Al verlo, pude sentir el cálido amor del Señor profundamente en mi corazón.

Además, pude reconocer a muchos de mis amigos sordos de mi niñez y pude verlos cambiados en la iglesia. Por lo tanto, pensé que esa iglesia era realmente diferente. Por sobre todas las cosas, llegué a conocer que realmente existe el Cielo y el Infierno. De manera especial, al leer el libro del Dr. Lee Infierno, pude llegar a conocer la miseria del Infierno y tome la decisión de no seguir viviendo como lo estaba haciendo. Dejé de vivir como una lesbiana. Luego, comencé a asistir a todo tipo de servicio sin perderme ninguno y a la Reunión de oración de Daniel. Intenté santificarme.

Mi madre, vecinos y amigos se llenaron de asombro al ver el cambio en mi vida. Hasta yo misma me asombré por mi aspecto, que había sido cambiado por el de una mujer.

En el verano de 2012, visité Corea para participar en el Retiro de verano de hombres y mujeres. El Santuario principal de la Iglesia Central Manmin que había visitado por primera vez, se encontraba lleno de la gracia.

Comencé a anhelar la santificación aún más al ser testigo de cómo los miembros clamaban en la Reunión de oración de Daniel para llegar a santificarse. Yo experimenté el amor de Dios profundamente en mi corazón durante todo el programa del retiro de verano. Yo estaba decidida a devolver la gracia.

De regreso en Tailandia, comencé a llevar una vida cristiana más diligente. Además le doy la gloria a Dios danzando en la iglesia e intentando evangelizar a las personas. Es mi anhelo que muchos de los sordos puedan ser salvos y darle la gloria a Dios.