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| Noticias Manmin   No. 144 | HIT 8046 | DATE 2013-07-14
 
Los tres criterios de la oración digna de ser aceptada por Dios



Con el fin de alcanzar un corazón bueno y bello, tenemos que escuchar la Palabra de Dios, guardarla en nuestro corazón y ponerla en práctica. Para ello necesitamos recibir fortaleza por medio de la oración (Ref.:1 Timoteo 4:5).
A pesar de que aprenda la Palabra, si usted no ora bajo la inspiración del Espíritu, no podrá recibir sabiduría y fortaleza que le permitan descubrir y aplicar la Palabra para su propia vida.
Entonces, al ver estos tres criterios por medio de los cuales usted puede examinar si su oración es aceptable a Dios, anhelo que pueda llevar una vida cristiana poderosa.


PUNTO 1 ¿Ora usted con la inspiración del Espíritu recordando la Palabra de Dios?

La oración es la comunicación con Dios en el espíritu, por lo tanto, si ofrecemos oración con la inspiración del Espíritu, podemos alcanzar el entendimiento de la voluntad de Dios, incluso en una fracción de segundo. Esto se debe a que el Espíritu que escudriña todas las cosas, incluso la profundidad de Dios, nos enseña. Por consiguiente, la ayuda del Espíritu Santo es absolutamente esencial para obtener el conocimiento de nuestro ‘ser’ y cambiar nuestro corazón hacia la verdad.
Tal como lo leemos en Juan 14:26, que dice: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”, debemos orar en las enseñanzas del Espíritu y Su ayuda. Solo cuando nos llenamos con Su inspiración y fortaleza durante la oración podemos recibir el poder para ser transformados.
En este caso, con el fin de ofrecer tal oración poderosa, debemos tener la Palabra de Dios sembrada en nosotros primero. Dicho de otra manera, debemos escuchar la Palabra, grabarla en nuestro corazón, espiritualmente digerirla y orar. Cuando oramos teniendo presente la Palabra, el Espíritu puede arrojar su luz en nuestro corazón y enseñarnos acerca de nosotros mismos.
Supongamos que usted ora para alcanzar el amor espiritual. En vez de orar así: “Permíteme sacar de mí el odio y haz que el amor venga a mi corazón”, es mejor orar de la siguiente manera: “El amor es paciente. He aprendido que la paciencia no se refiere a refrenar la ira, sino a la cualidad de ser pacientes debido a que el corazón no posee nada que necesite ejercitar la paciencia. Incluso si alguien me odia, me hace pasar un mal momento o incluso me maldice, debo entenderlo y perdonarle; esto es amor. Permíteme cultivar este tipo de amor en mi corazón”.
Cuando oramos manteniendo la Palabra de Dios que fue explicada en los sermones, el Espíritu nos redarguye. Él trae a la memoria algo que se hace con impaciencia o si teníamos un rencor contra alguien que nos odia.
Cuando oramos, el Espíritu Santo incluso nos recuerda y nos enseña acerca de lo que no hemos podido comprender en el ajetreo de la vida cotidiana. Por consiguiente, podemos ser transformados con el poder y la ayuda del Espíritu Santo que provee conocimiento de nosotros mismos al ofrecer tales oraciones.

PUNTO 2 ¿Usted especifica lo que necesita a Dios en oración?

Cuando un mendigo que era ciego llamado Bartimeo no dejaba de llamar a Jesús, Él le dijo: “¿Qué quieres que haga por ti?”, entonces él respondió: “Maestro, que recobre la vista”. Jesús sabía todo sobre el hombre, pero Él le preguntó qué quería que hiciera y le respondió específicamente (Marcos 10:46-52).
En otro caso registrado en Marcos 9:17-27, un hombre llevó a su hijo que estaba poseído por un espíritu mudo ante Jesús. Jesús le preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?” Y él le respondió: “Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle”. Y le pidió que les ayudara diciendo: “¡Ayúdanos!”
Digamos que usted enfrenta cierto problema en su negocio y necesita una mano amiga. Justo en ese momento alguien le pregunta: “¿Qué puedo hacer por ti? Me gustaría ayudarte”. En esta situación, nadie respondería: “Ayúdame como puedas”. Al contrario, puede decir exactamente lo que necesita y las razones por las que lo necesita. De igual manera, debemos orar de modo específico y detallado a Dios.
Lo mismo se aplica respecto a despojarnos del pecado y la maldad. Los celos y la envidia no simplemente salen de nuestra vida cuando oramos diciendo “Permíteme despojarme de los celos y la envidia”, sino que debemos postrarnos ante Dios, intentar recordar lo que hizo y sintió, y orar de una manera específica.
Si usted quiere ser un hombre perfecto que no tambalea en lo que dice, quizás podría orar de esta manera: “Ayúdame a no utilizar un lenguaje violento. No quiero dar ninguna excusa por mis errores. Deseo dejar de estar bromeando. Ya no quiero estar hablando a las espaldas de las demás personas”. Cuando ora específicamente de esta manera, Dios puede derramar Su gracia aún en mayor cantidad.

PUNTO 3 ¿Ofrece usted oración que conmueve el corazón de Dios?

En Lucas 18 hay una parábola acerca de un juez injusto. Incluso este juez injusto terminó haciéndole justicia a una persistente mujer viuda que le molestaba constantemente para obtener su protección legal. Con esta parábola el Señor dijo: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?”
Una oración sincera toca el corazón de Dios. Cuando oramos ferviente y seriamente, con todo nuestro corazón, voluntad, mente y dedicación, Dios nos da fuerza y gracia.
Además es importante ofrecer oración con un corazón bondadoso. Esto es porque la fragancia de la oración bondadosa puede tocar el corazón de Dios. Para ofrecer oraciones de bondad aceptables a Dios, necesitamos cultivar dicha bondad en nosotros e intentar acumular bondad tras bondad cada momento de nuestras vidas. Solo cuando las palabras y las acciones de bondad se acumulan en nuestras propias vidas, podemos ofrecer oraciones de bondad.
Digamos que usted ora por el mal comportamiento de su hijo. Si le pide a Dios que le cambie con sentimientos incómodos, como la vergüenza, la frustración o resentimiento, no será una oración de amor. Debe primeramente arrepentirse de su mal comportamiento diciendo: “He fracasado en dar un ejemplo apropiado como padre. Esto ha afectado a mis hijos y es por eso que tienen ese defecto”. Si usted se arrepiente y ora por sus hijos con amor, ellos pueden cambiar.
Aunque esté pasando pruebas, la oración digna de ser aceptada por Dios, es la oración ofrecida con un corazón humilde y con acción de gracias para que pueda traerle un cambio a su vida. No debe ser una oración llena de lamentos, sufrimiento y auto condenación.
Espero que usted pueda ser específico en los deseos de su corazón en sus oraciones con la inspiración del Espíritu, que ofrezca una ferviente oración de bondad y que lleve una vida cristiana poderosa con la bendición de Dios.


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