“Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, sardónice; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista” (Apocalipsis 21:19-20 LBLA).


El primer cimiento: jaspe

El color azul del jaspe simboliza la ‘fe espiritual’. Si seguimos las palabras de la Biblia que nos dicen qué hacer, qué no hacer, qué debemos guardar y de qué debemos despojarnos, podemos pararnos sobre la roca de la fe. Entonces, nos comienza a ser entregada la fe espiritual. El momento que alguien tiene la fe espiritual, cree completamente en la Palabra de Dios desde lo profundo de su corazón. Con la fe espiritual, cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a Isaac, él creyó 100% en Dios y le obedeció incluso si la Palabra de Dios estaba en contra de su propio conocimiento y pensamiento.


El segundo cimiento: zafiro

Este zafiro de color azul oscuro simboliza una correcta y noble honestidad e integridad. Una vez que una persona ha tomado una decisión en la verdad con este tipo de corazón, no se somete a ninguna tentación o amenaza de este mundo. Daniel, quien sabía que sería arrojado al foso de los leones, no cometió el pecado de dejar de orar, y sus tres amigos, quienes no se quisieron inclinar delante de los ídolos a pesar que serían arrojados al horno, tuvieron este tipo de corazón. Aunque sus vidas corrían peligro, no se olvidaron de la verdad.


El tercer cimiento: ágata

El ágata que es semitransparente y de color blanco, representa la ‘inocencia y el amor sacrificial’. Es el corazón sin mancha que no tiene defectos. Es el tipo de corazón que no espera nada a cambio, sino que se sacrifica por el reino de Dios y Su justicia. El corazón de Rut, que inmutablemente pudo servir y seguir a su anciana suegra, coincide en los criterios de esta norma. El corazón de dar todo lo que uno tiene en la verdad sin esperar nada a cambio, es el corazón espiritual que representa el ágata.


El cuarto cimiento: esmeralda

La esmeralda, la cual tiene un color verde, simboliza la ‘justicia y la transparencia’, y ‘la equidad y la pureza’. Es del mismo color del ‘fruto de la Luz’ (Efesios 5:9). Si solo somos buenos, pero faltos de justicia, podemos llegar a ser indecisos y a comprometernos con la injusticia. Si solo somos justos pero tenemos falta de bondad, entonces podemos insistir en nuestra arrogancia y criterios personales, y apartarnos mucho de la voluntad de Dios. Nos enfocamos en lo que está bien y lo que está mal, y lo más probable, es que no podremos salvar vidas.


El quinto cimiento: ónice

El ónice es un mineral que contiene sílice, que tiene ‘tonos de rojo’. Simboliza la ‘fidelidad y esfuerzo’. La fidelidad y el esfuerzo que Dios reconoce, implican cumplir con nuestra responsabilidad con todo nuestro corazón, mente, alma y vida. Para ser fieles en el área en la cual trabajamos, debemos tener un corazón recto y un corazón de sacrificio. En la medida que tengamos este tipo de corazón bondadoso, no vamos a inclinarnos hacia un lado u otro, sino que tendremos cuidado de todas las cosas. Para ser fieles en todos los aspectos, debemos poseer este corazón bondadoso.


El sexto cimiento: sardio

El sardio que poseer un color rojo rubí oscuro, simboliza ‘esfuerzo y pasión’ y ‘un amor apasionado por cumplir con el reino de Dios y Su justicia’. Después de tener un encuentro con el Señor, el Apóstol Pablo vivió toda su vida por el reino de Dios. A la vista de las innumerables persecuciones y tribulaciones que un hombre normal no sería capaz de manejar, su pasión nunca jamás se enfrió. Cuando le era posible llevar a cabo el reino de Dios, él se arriesgaba, superando cualquier dificultad o haciendo cualquier sacrificio; ni siquiera escatimó su propia vida.


El séptimo cimiento: crisólito

De color verde lima oscuro, el crisólito, que también se llama ‘olivino’ o ‘peridoto’, representa la ‘misericordia’. Sirve para comprender y perdonar con bondad en la verdad a alguien que no puede ser comprendido o perdonado en absoluto como persona. No se tiene aversión u odio a nadie, ni siquiera enemistad alguna. Esto se debe a que se piensa en todo con la bondad. Podemos entender todas las cosas, aceptar y abrazar a todos con misericordia, y sin importar lo terrible que sea un pecador, odiamos el pecado, pero no odiamos a la persona.


El octavo cimiento: berilo

El berilo, que posee un color azul verdoso claro, simboliza el corazón paciente en todas las cosas para cumplir el reino de Dios y su justicia. No es para suprimir algo o practicar restricción. Es un corazón sin maldad el cual está lleno de bondad y no necesita soportar nada. Usted prevalece hasta el final y hasta que la promesa de Dios da fruto, no importa cuánto tiempo tome, incluso cuando se enfrenta a una gran dificultad. El fruto de esta perseverancia produce una luz profunda y delicada.


El noveno cimiento: topacio

El topacio, el cual posee un color rojizo anaranjado, simboliza la ‘bondad espiritual’. La bondad espiritual es el corazón que busca la bondad en el Espíritu Santo. Es buscar la bondad solo desde el punto de vista de Dios. No es buscar la bondad solo en el corazón, sino que cuando uno muestra las obras de la bondad espiritual de modo externo, podrá ser reconocido por poseerla. Muestra su misericordia a quien la necesite y cuando es necesaria. Además, no grita ni pelea con nadie, ni tampoco ignora o deja de hablar con los malhechores o quienes quebrantan la paz.


El décimo cimiento: crisopraso

El crisopraso que es semitransparente y tiene un color verde manzana claro como el jade, simboliza ‘el dominio propio’. No importa cuán bueno sea algo, debemos seguir el orden y controlar nuestras vidas. Existen momentos cuando debemos controlar nuestras vidas en tiempos de regocijo o amor. Incluso aquellos que han llegado a lo espiritual deben tener armonía en todas las cosas por medio del dominio propio. Todo puede ser hecho de manera perfecta cuando discernimos todas las cosas en la verdad con dominio propio y seguimos el deseo del Espíritu. Juan el bautista, quien preparó el camino del Señor, es el ejemplo de dominio propio.


El undécimo cimiento: jacinto

El jacinto es una piedra transparente de color azulado que simboliza la ‘pureza’. La ‘pureza’ es ‘no tener pecado en el corazón’. Esto es poseer un corazón sin culpa, mancha o defecto. Las personas con este tipo de corazón no permiten que sus sentimientos sean heridos. Aquellos que poseen pureza en su corazón, pueden ver a Dios y comunicarse con Él. El claro brillo reluciente en los ojos de los niños inocentes refresca el corazón del espectador. Lo mismo sucede con el corazón de Dios que pone Su mirada sobre Sus hijos que son puros de corazón. Quiere verlos más y quiere pasar más tiempo con ellos.


El duodécimo cimiento: amatista

La amatista que posee un color violeta claro y transparente simboliza la ‘mansedumbre’. Es tener un carácter suave y cálido junto con un corazón amplio que abarca a todas las personas. Es un tipo de corazón tan suave y agradable como el algodón en el que la gente puede encontrar descanso, y es el corazón que entiende todas las cosas con la bondad y abraza a los demás con amor. Cuando esta mansedumbre se muestra en palabras y obras, se convierte en ‘generosidad virtuosa’. Se puede fortalecer a los demás y hacerles sentir su calor, y es donde pueden sentir descanso. Como un resultado, la mansedumbre puede ganar los corazones de los demás y guiarlos a la verdad y a la vida.