Dios quiere obtener hijos verdaderos con los cuales pueda compartir por siempre Su amor. Al conocer Su corazón, nunca podremos detener o posponer las cosas en la carrera de la fe hacia la Nueva Jerusalén. Al iniciar el Año Nuevo 2015, vamos a poner una meta con un corazón renovado, tomar la decisión para lograrlo y correr la carrera con más fervor.


Primero: si usted establece una meta, necesita tener un propósito definitivo para dicha meta

Todos pueden tener una meta, pero un sentido de propósito puede ser diferente. A pesar de que compartamos una meta, nuestro propósito puede ser diferente al igual que el resultado será diferente.

Si con complacencia piensa: Algún día tendré el corazón del Espíritu, significa que no tiene un propósito definido de su meta. El propósito definitivo de la meta hace que renueve sus obras y vida.

Lo más importante es que debemos tener un propósito propio para nuestras metas. Recibimos un sentido de propósito por la meta cuando clarificamos por qué queremos alcanzar dicha meta. En otras palabras, cuando nos damos cuenta de por qué debemos amar a Dios y por qué debemos entrar a la Nueva Jerusalén, podemos tener un propósito definitivo, y por ende, hacer una resolución para alcanzarlo.

Cuando se da cuenta del amor del Señor hacia usted, podrá tener un propósito definitivo para que surja como el fruto de Su amor. Luego podrá cambiar rápidamente. Al conocer que el sufrimiento del Señor en la cruz fue por mí y que Su sacrificio fue por mí, tenemos la razón de por qué debemos cambiar, establecer el propósito y decidir alcanzarlo. Entonces podremos cambiar.

No obstante, si las personas no comprenden este hecho, no podrán tener un propósito definido y su determinación será corrompida fácilmente a pesar de que hayan estado decididos a cambiar.


Segundo: usted debe dejar a un lado sus cosas favoritas y hacer incluso lo que no le gusta en sus dificultades

Rut le dio la espalda a su ciudad natal para ir tras su suegra; los discípulos de Jesús se apartaron de sus ocupaciones y familiares para seguir a Jesús. Un mendigo que estaba ciego llamado Bartimeo se despojó de su manta para ir donde Jesús.

De igual manera, si usted decide seguir adelante con su meta, debe estar dispuesto a dejar a un lado lo que más valora. En Marcos 10:29-30, Jesús dijo: “En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna”.

Compruebe cuánto se ha despojado de sí mismo para el Señor. ¿Aún sigue disfrutando de ver su programa televisivo favorito, navegar por internet y jugar juegos? ¿Sigue insistiendo en lo que usted quiere con orgullo? Si es así, esto prueba que su determinación no es verdadera. Cuando se despoje de lo que usted encuentra difícil desechar, podrá recibir la ayuda del Espíritu Santo. Entonces de manera natural querrá leer la Palabra de Dios y vivir de acuerdo a ella.

Cuando las personas hacen lo que les gusta, la eficiencia del trabajo se maximiza. Lo mismo se aplica a la santificación. Podemos cambiar más rápida y eficientemente cuando de corazón y con alegría obedecemos la Palabra en las obras del Espíritu Santo.


Tercero: es bueno poder cambiar rápidamente pero más importante es tener un cambio firme

Hay un proverbio que dice: “Muchas cosas pequeñas hacen un gran montón”. Significa que muchos cambios pequeños pueden traer un gran cambio. De esta manera, necesitamos obedecer inmutablemente uno por uno.

Si usted obedece de manera coactiva, no es obediencia real. Con este tipo de obediencia, usted no puede circuncidar su corazón. Si cree que su cambio es lento, aunque ore mucho, usted debe comprobar si su obrar proviene de su corazón.

Si obedece con su corazón, podrá ser capaz de producir el fruto del espíritu. Esto se debe a que la obediencia sincera no se corrompe y con ella puede seguir corriendo hacia la meta del espíritu. Cuando ora constantemente y se equipa con la Palabra de Dios de corazón sin ser forzado a hacerlo, puede aplicar la Palabra a su propia vida y ser renovado.

Es sumamente importante que de manera incondicional practique la Palabra, aunque parezca ser algo trivial. Si sigue intentando desechar su corazón inconstante en cada situación, las obras se acumularán y así podrá desechar su corazón inconstante y luego encontrarse practicando la Palabra constantemente.

En conclusión, le instó a tener un claro sentido de propósito y razón de su objetivo, tratar de deshacerse de las cosas más difíciles para usted, y de manera constante practicar la Palabra. Entonces podrá producir fruto completo. Espero que en el 2015 pueda correr fervientemente en la carrera de la fe con una fuerte determinación.