«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho» (Juan 14:26).

¿Por qué Dios da el don del Espíritu Santo a todos los que han aceptado y creído en Jesucristo como su Salvador?


En primer lugar, es porque Dios Padre ama a Sus hijos

Como se menciona en Romanos 5:8: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros», el Dios de amor permitió que Su Hijo Jesús fuera crucificado para redimirnos de nuestros pecados, y que se convirtiera en el sacrificio expiatorio para nosotros.

Como consecuencia de ello, si usted cree en su corazón que Jesús es el único Salvador y que resucitó de la muerte, entonces puede ser perdonado de todos sus pecados y obtener el derecho de convertirse en hijo de Dios. Sin embargo, puede haber naturalezas pecaminosas que aún permanecen en su corazón a pesar de que aceptó al Señor. Entonces, cuando el enemigo diablo y Satanás lo tiente con placeres mundanos, dinero o fama, es posible que esa naturaleza en usted sea inquietada. Entonces es posible que cometa algún pecado y que sea conducido hacia la muerte (1 Pedro 5:8).

Por esta razón, el Dios de amor envía el Espíritu Santo como un don a los corazones de los creyentes que han aceptado al Señor y se han arrepentido por completo. El Espíritu Santo da a luz el espíritu que hay en ellos y los guía a convertirse en verdaderos hijos de Dios, quienes pueden poseer el corazón del Señor. Por consiguiente, si ha recibido el Espíritu Santo como un don, entonces es igual a que Dios esté con usted.

Antes de recibir el Espíritu Santo, los discípulos de Jesús tenían miedo de ser perseguidos y pasar pruebas, por ello huyeron. Sin embargo, después de recibir el Espíritu Santo y obedecer la voluntad de Dios, tal como está escrito en los Hechos de los Apóstoles, ellos incluso manifestaron el poder de Dios y de manera valiente predicaron el evangelio. Expulsaron al enemigo diablo y Satanás, y al mostrar fortaleza, autoridad y poder, ellos llevaron a innumerables almas hacia Dios.

Romanos 5:5 dice: «...y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado». De esta manera, deseo que usted recuerde que es por el amor de Dios que el Espíritu Santo mora en su corazón.


En segundo lugar, es porque Dios quiere fortalecer y animar a las personas a vivir mediante Su Palabra

Como el Consolador, entre las tareas principales del Espíritu Santo está el tocar y cambiar el corazón de los hombres, ayudarles a arrepentirse y llevarlos a amar a Dios.

Cuando las personas fracasan en vivir por la Palabra de Dios y pecan, el Espíritu Santo que mora en ellos intercede por ellos con gemidos que no se pueden expresar. Cuando el Espíritu Santo gime por ellos, los hijos de Dios se sienten con problemas en sus corazones, y lamentan no haber vivido por la Palabra de Dios.

Es posible que se sientan tan apenados y oprimidos que no lleguen a sentir la confianza de arrepentirse de sus pecados y apartarse de ellos. Finalmente se encogen de espíritu. Sin embargo, en Romanos 8:26-27 leemos: «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos». Es decir, el Espíritu Santo pide la gracia de Dios por las almas.

El Espíritu Santo no quiere perder ni una sola alma, por lo tanto, siempre ora a Dios para que los guíe a la salvación. Pide misericordia, amor y perdón de parte de Dios para aquellas almas que se encuentran en crisis espiritual con más gemidos que las propias almas. Además derrama el espíritu de arrepentimiento sobre ellos y les ayuda a que se arrepientan de sus pecados y que moren nuevamente en el amor de Dios.

Incluso en las pruebas, si ellos están seguros del amor de Dios, podrán vencer todas las pruebas. El Espíritu Santo les permite darse cuenta por qué están sufriendo pruebas y les permite entender el amor de Dios que contienen en las pruebas. Si no escuchan Su voz e ignoran Sus obras, entonces Él dejará de hablarles y posiblemente será extinguido dentro de ellos. Entonces no tendrán nada que ver con la salvación (1 Tesalonicenses 5:19).

Una vez que el Espíritu Santo es extinguido dentro de ellos, es muy difícil que lo puedan recibir nuevamente. Es porque el Dios de amor ha soportado durante un largo tiempo y les ha dado innumerables oportunidades. No obstante, si el Espíritu Santo dentro de ellos se llega a extinguir, es prueba de que han levantado un muro muy alto de pecado. Por lo tanto, los hijos de Dios que han recibido el Espíritu Santo, deben despojarse de los atributos de la falsedad del corazón rápidamente mediante Su ayuda, y caminar en la luz.


En tercer lugar, es porque Él desea confirmar que el poder de Dios puede romper pensamientos carnales que no pueden ser destruidos por la capacidad humana

En la actualidad el mundo está lleno de conocimientos equivocados y teorías erróneas, que si predicamos el evangelio solo con nuestros labios, pocos aceptan el evangelio. El evangelio no puede entrar en sus corazones porque sus pensamientos carnales y criterios personales envuelven sus corazones.

Por lo tanto, tenemos que derribar primero los pensamientos carnales para luego plantar fe verdadera en sus corazones. Si vemos lo que es imposible con pensamientos humanos, métodos y habilidades hacerse posible por el poder del Espíritu Santo y experimentamos esas obras, nuestros pensamientos carnales se quebrantarán y seremos capaces de creer en Dios y la autenticidad de la Biblia. Esta es la obra del poder del Espíritu Santo.

Por ello, el Espíritu Santo continuamente redarguye e ilumina a los hijos de Dios y les insta a entrar en el espíritu y espíritu completo. Les anima a descubrir y desechar la forma más leve y mínima del mal desde dentro de su corazón. Cuando las personas llegan a convertirse en un vaso apropiado mediante este proceso, pueden recibir la autoridad espiritual para derrotar al enemigo diablo y Satanás, y recibir la fortaleza para hacer que lo imposible sea posible, y manifestar el poder de Dios.

Las señales y los prodigios realizados mediante el poder del Espíritu Santo dan prueba concreta del Dios vivo para que los hombres puedan creer en Él a quien no ven (Juan 4:48). En estos tiempos finales donde el pecado está tan presente, no es fácil poseer fe verdadera. Cuando son testigos de señales y prodigios explícitos e innegables, pueden creer en el Dios viviente y en Jesús como su Salvador y finalmente alcanzar la salvación.

Por consiguiente, debemos entender la razón por la cual Dios nos da el Espíritu Santo, alcanzar la santidad rápidamente y convertirnos en verdaderos hijos de Dios. Al hacer esto, vamos a convertirnos en instrumentos preciosos del Espíritu Santo para estos tiempos finales.